Los últimos datos mundiales señalan que los casos y muertes por cáncer crecerán en América Latina a un ritmo más acelerado que el promedio. De hecho, en Chile, el avance del cáncer será aún mayor.

Al respecto, desde distintos sectores alertaron sobre la necesidad de actuar para mejorar el acceso a la atención del cáncer: mejor infraestructura, mayor financiación, recursos humanos y disponibilidad de tratamientos son, entre otras, las soluciones más mencionadas.

En el detalle, las cifras son preocupantes: cada dos minutos, cinco personas reciben un diagnóstico de cáncer en Latinoamérica; cada año se producen 1,4 millones nuevos casos y 673 mil muertes, evidenciando que la enfermedad sigue avanzando.

“Los tabúes que cercan el cáncer retrasan la clasificación de los pacientes y aumentan las probabilidades de que se haga un diagnóstico solo en etapas más avanzadas de la enfermedad, lo que empeora el pronóstico”
- Berta Cerda, directora Instituto Nacional del Cáncer.

A nivel mundial, en septiembre de 2018, la Agencia Internacional de Investigación sobre el cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), vinculada a la Organización Mundial de Salud (OMS), actualizó el Observatorio Global del Cáncer y trazó un panorama alarmante: en todo el mundo, para 2040, la incidencia de la enfermedad crecerá un 63%, y el número de muertes trepará un 71,5%.

Sin embargo, en regiones menos desarrolladas, como América Latina, donde el diagnóstico precoz y el acceso al tratamiento son más difíciles, el escenario es aún más grave: el número de casos crecerá 78% en los próximos 22 años, llegando a los 2,5 millones anuales, y las muertes por cáncer prácticamente se duplicarán, llegando a 1,3 millones de fallecimientos cada año.

Paralelamente, el acceso a la atención sanitaria en la región enfrenta serios problemas: según un estudio de The Lancet, más de 156 mil personas mueren cada año debido a la falta de acceso a servicios de la salud. La creciente necesidad de atención se enfrenta con sistemas de salud fragmentados, con falta de infraestructura, recursos humanos, diagnóstico, tratamiento y financiación.

Proyección explosiva para 2040

En Chile se prevé que el número de casos aumentará 77,6% en los próximos 21 años, pasando de los actuales 53.365 al año a 94.807 en 2040. El número de muertes crecerá aún más: 95,8%. En la actualidad, el cáncer es la causa de 28.443 óbitos al año, número que alcanzará los 55.700 anuales en 2040, según la predicción de la IARC.

Uno de los más grandes desafíos del país es conocer y mapear la enfermedad. De acuerdo con el informe “Control del cáncer, acceso y desigualdad en América Latina: Una historia de luces y sombras”, publicado por The Economist Intelligence Unit, solamente el 7% de la población vive en regiones donde la información sobre la enfermedad es producida en buena cantidad y en calidad satisfactoria.

ARCHIVO | Pexels
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Mejorar el acceso a tratamiento y a la información es también necesario para reducir la incidencia y la mortalidad. “Entre los principales obstáculos que los pacientes tienen que enfrentar se encuentran la falta de acceso a exámenes diagnósticos en la atención primaria de la salud, y la carencia de educación para la población sobre el autocuidado”, dijo la directora del Instituto Nacional del Cáncer, Berta Cerda.

A los problemas de infraestructura se suma el miedo que la enfermedad provoca en las personas. “Los tabúes que cercan el cáncer retrasan la clasificación de los pacientes y aumentan las probabilidades de que se haga un diagnóstico solo en etapas más avanzadas de la enfermedad, lo que empeora el pronóstico”, declaró.

De acuerdo con The Economist Intelligence Unit, el número de muertes atribuidas al cáncer en Chile ha pasado de 21% en 1990 a 26% del total en la actualidad. De cada cien personas, 11 tienen grandes probabilidades de morir víctimas de la enfermedad antes de los 75 años.

El cáncer en la salud pública

En el país, el 80% de la población es atendida por el sistema público de sanidad. El programa de Garantías Explícitas en Sanidad tiene cuenta con el conjunto de estrategias para luchar contra la enfermedad. Berta Cerda afirma que se han conquistado importantes avances en los últimos diez años, pero aun hace falta aumentar los fondos, principalmente para el tratamiento de la enfermedad en etapas avanzadas — que es más costoso —, e invertir en más centros de salud y equipos. La profesional también resalta la importancia de concientizar más a la población, porque aún cuando existen recursos prevalecen las dificultades para lograr que las personas se realicen exámenes para un diagnóstico precoz.

Un ejemplo es el cáncer de mama, principal causa de muerte por cáncer en mujeres en el país. La mamografía, principal examen preventivo, está disponible en el sistema público para mujeres con edades entre los 50 y 59 años cada tres años. Aún así, la cobertura es de solamente 40%. El Papanicolaou, que detecta de forma precoz el cáncer de cuello de útero, también tiene una baja aplicación, de acuerdo con el INC. “Los dos ejemplos ilustran la necesidad de que la sociedad tenga conciencia de la importancia del diagnóstico precoz”, concluyó la directora del organismo.