La noche de este miércoles 31 de octubre, los niños suelen disfrazarse y salir a pedir golosinas a sus vecinos para celebrar el Halloween. No obstante, el alto consumo de azúcar preocupa a los profesionales de la salud.

Cuatro gomitas azucaradas, un chupete y dos caramelos (o masticables) aportan, en total, 40 gramos de azúcar: el máximo que debería consumir un niño de ocho años en un día.

Una calabacita plástica puede llegar a contener 476 gramos de azúcar, es decir un 1090% de lo recomendado. Por ello, los especialistas sugirieron dosificar el consumo de dulces en estas fechas, para así combinar la ingesta de azúcar a través de dos frutas diarias.

Por ello, la secretaria ejecutiva del programa Elige Vivir Sano, Alejandra Domper, explicó que los padres pueden dosificar -antes que eliminar- la entrega de dulces, junto con buscar opciones más creativas y saludables a la hora de regalarlos a otros niños.

Domper recomendó fruta liofilizada (o deshidratada), frutos secos, o cereales sin azúcar (no más de 20 gramos). “Todos somos responsables en la creación de buenos hábitos de alimentación, incluso en las fiestas donde más se come”, sostuvo.

Cerca de la mitad de los niños entre 5 y 7 años son obesos o presentan sobrepeso, cifra que en el caso de los adolescentes se ve en 1 de cada 3″, agregó el presidente de la Sociedad Chilena de Pediatría, Humberto Soriano.

En ese sentido, los especialistas también instaron a fomentar la actividad física. Así, por cada 4 unidades de gomitas azucaradas, los menores deben correr al menos 9 minutos; para un chupete, 16 minutos en bicicleta. Explicaron que los caramelos duros equivalen al azúcar que se consume al correr unos tres minutos.

Si se lleva el cálculo al extremo, un niño debería correr durante más de 5 horas para poder contrarrestar el consumo de un balde plástico lleno de golosinas.

Con esto, el pediatra llamó a tomar conciencia y seguir las recomendaciones nutricionales, pues se podrían prevenir enfermedades crónicas futuras.