La declaración de guerra en contra de los loteos irregulares que hizo el ministro de Bienes Nacionales, Felipe Ward, en conjunto con las municipalidades, los conservadores de Bienes raíces y los notarios, ha tenido en la ciudadanía a su mejor aliado.

Y es que desde que se lanzó el canal de denuncia, el 30 julio, se han recibido 164 denuncias en las distintas Secretarías Regionales Ministeriales y en el banner que se habilitó en el sitio web.

“Cada uno de los ciudadanos debiera sentirse ministro de Bienes Nacionales, porque el cuidado del país le corresponde a todos los chilenos. Por eso es tan importante que la ciudadanía se empodere y denuncie este delito, para que nadie más resulte engañado por abusadores que se aprovechan de la buena fe de quienes quieren comprar un terreno y terminan comprando un problema”, aseguró Ward.

Según las cifras del Ministerio, las regiones con mayores denuncias son Valparaíso (42), Metropolitana (34), Coquimbo (27) y Bío Bío (23). Las comunas que acumulan mayor cantidad de denuncias son La Serena y Coquimbo.

¿Qué es un loteo irregular?

Los loteos irregulares son subdivisiones de terreno que no cuentan con un permiso provisorio o definitivo de la municipalidad correspondiente (infringiendo la Ley General de Urbanismo y Construcciones), y que habitualmente son vendidos a personas que creen que están adquiriendo un título de dominio.

Son irregulares porque la ley establece, por regla general, que en zonas rurales el tamaño mínimo de un loteo es de media hectárea, es decir 5 mil metros cuadrados. Aunque este criterio puede variar dependiendo del plano regulador de cada comuna.

En consecuencia, las personas que pagan por dicho terreno no son propietarias, sino titulares de un porcentaje de derechos.

Quienes adquieren estos derechos no podrán, por ejemplo, construir una casa, acceder a servicios básicos, ni construcción de calles y caminos.

La venta de loteos irregulares constituye un ilícito sancionado con una pena que puede llegar hasta los 10 años de presidio.