El ciudadano estadounidense Jeremy Pixton logró encontrar, luego de 41 años, a su madre biológica en Chile. Es una de las miles de adopciones irregulares ocurridas durante la dictadura de Augusto Pinochet, que investiga la justicia.

Pixton se reunió este martes en Santiago con el juez de Derechos Humanos, Mario Carroza, quien realiza, desde enero, una extensa investigación sobre sustracción de menores hasta 2001.

Este miércoles, el estadounidense viajará hasta Chiloé para reencontrarse con su madre, Blanca Gallardo. “Es un sueño, es increíble tener la oportunidad de conocerla”, dijo tras la reunión con el juez Carroza.

La historia de Jeremy

Pixton nació en octubre de 1976 en el hospital San Borja, en la región Metropolitana. Desde ahí fue dado en adopción, por medio de un abogado chileno y miembros de la iglesia mormona, a una pareja norteamericana de la misma religión.

Pero en realidad el bebé fue arrebatado a su madre, quien asegura que en el hospital le dijeron que su hijo había nacido muerto.

“Ella ni siquiera sospechaba que su hijo pudiera estar vivo; ni siquiera lo buscaba”, afirmó Constanza del Río, directora de la ONG “Nos Buscamos”.

“Mi vida ha sido buena, con oportunidades que no tendría en Chiloé. Por otro lado, es triste, es ilegal y la persona que lo hizo debe ser castigado. Tengo sentimientos encontrados”, expresó Jeremy Pixton en una entrevista en Tele 13 Radio.

¿Qué ocurrió en Chile?

Su historia es similar a los miles de casos que investiga el juez Carroza.

Hasta ahora se ha descartado el secuestro de niños como método represivo, por parte de la dictadura de Pinochet. No obstante, se cree que las condiciones de esa época facilitaron el accionar de grupos dedicados a “captar” niños para enviarlos al extranjero, con fines económicos.

Se cree que asistentes sociales, religiosos, médicos o funcionarios de municipios u hospitales jugaron un rol protagónico, detectando a madres vulnerables y luego sustrayendo a los niños o engañando a sus padres para que los dieran en adopción.

Actualmente, la jubilada asistente social Telma Uribe (96) se encuentra en calidad de inculpada por participar en estos delitos.

A medida que los primeros casos fueron haciéndose públicos, se formaron grupos de búsqueda en redes sociales. Muchas madres e hijos se dieron cuenta de que miles de personas compartían su experiencia.

La ONG “Nos Buscamos” se dedica desde 2014 a la búsqueda de niños sustraídos, y posibilitó el reencuentro de Pixton con su familia biológica.

Hasta el momento, la institución contabiliza 32 reencuentros, mientras que otra organización similar, “Hijos y madres del silencio”, ya ha logrado más de un centenar.