“Queremos una vida digna para todos, sin dictadura”. Esa fue la frase con que Luisa Riveros, la pobladora que denunció al régimen militar de Augusto Pinochet frente al papa Juan Pablo II, se inscribió en la historia de Chile y a la vez la convirtió en rostro de la campaña de la visita de Francisco en enero próximo.

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Desde la dirección de comunicaciones del Arzobispado de Santiago, precisaron que la campaña “busca transversalidad y dar espacio a una multiplicidad de voces”, entre las que se cuentan más de 30 personas de distintos ámbitos, comunas, edades y nacionalidades.

“Luisa Riveros es una de esas personas y tiene un vínculo con la visita del Papa Juan Pablo II hace 30 años”, explicaron en la repartición.

La campaña publicitaria desarrollada por el Arzobispado pretende, según dijeron, “transmitir las alegrías y preocupaciones en el Chile de hoy de una pobladora católica”, a razón del comentado mensaje de Jorge Mario Bergoglio “El corazón se endurece cuando uno no ama. Señor danos un corazón que sepa amar”.

Junto a Riveros también se incorporaron a la campaña empresarios, trabajadores, estudiantes universitarios, personas de la tercera edad, escolares, personas en situación de calle, rehabilitados de droga y alcohol, entre otros.

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