Le enseñó a leer y a escribir a cientos de alumnos de Atacama y hoy su ocupación es vivir del aporte voluntario de transeúntes. Se trata de Alicia Morales, exprofesora normalista, que tras 35 años de docencia en Copiapó y Tierra Amarilla debe mendigar para costear sus gastos básicos.

Nació en Vallenar pero es reconocida por los vecinos e incluso algunos alumnos, ya que pasa gran parte de su tiempo pidiendo dinero afuera de un centro comercial en Copiapó.

La anciana de 74 años obtiene cerca de 200.000 pesos mensuales de pensión, sin embargo, esto no es suficiente para costear sus gastos médicos.

Si bien este caso se dio a conocer por la prensa en 2014, Alicia actualmente vive en las mismas condiciones y presenta un glaucoma terminal en su ojo izquierdo y artrosis en ambas rodillas, lo que le impide desplazarse con normalidad.

“Luz, agua y el problema de comprar medicinas. No me alcanza para nada, me da mucha pena. Tantos años de estudio, tantos años de trabajo”, declaró Alicia a TVN.

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Carlos Rodríguez, presidente del Colegio de Profesores de Copiapó mostró su descontento con la situación que afecta a la docente. “Sin calidad de vida del profesor no puede haber una buena calidad de Educación, por lo tanto es un tema que a nosotros como profesores, como gremio nos corresponde instalarlo en la nueva reforma educacional“, declaró.

La exdocente, que pide dinero en la calle hace 9 años, asegura haber buscado ayuda en los municipios sin tener respuesta satisfactoria.

“Recuerdo que la Navidad del 2004 yo no tenía dinero ni siquiera para comprar un pan, ese día lloré y me desesperé. Salí a la calle y comencé a caminar mientras continuaba llorando, llegué hasta el supermercado de Avenida Henríquez y una familia que pasaba por ahí me preguntó por qué lloraba; yo les conté que no tenía dinero y el caballero me dijo que lo esperara un minuto”, declaró Alicia Morales a Diario de Atacama recordando la primera vez que pidió en la calle.

El hombre volvió con algo en sus manos y le pidió que cerrara los ojos y que extendiera las suyas, en ese instante le dejó una caja. “Cuando abrí los ojos, vi que dentro había algunas monedas y un par de billetes. Luego volví a cerrar los ojos y seguí llorando, fue en ese instante que me di cuenta que comenzaba esta etapa de mi vida”, constató la adulto mayor.

El 2015 la profesora fue beneficiada por el millonario Leonardo Farkas con 5.000.000 de pesos por ser considerada una de las trabajadoras más esforzadas, dinero que, sin embargo, sigue siendo insuficiente para costear una vida digna para un adulto mayor que pasó toda su vida trabajando.

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