El primer ministro australiano afirmó este miércoles que su gobierno no intervendrá en el caso de Julian Assange, tal y como pedía la actriz Pamela Anderson frente al riesgo de que sea extraditado a Estados Unidos.

“Australia no está legitimada y no puede intervenir en los procedimientos legales del señor Assange”, dijo el primer ministro Scott Morrison en una carta obtenida por el periódico The Australian.

“El lugar adecuado para que el señor Assange exprese inquietudes sobre la legalidad de sus acciones o su tratamiento bajo la ley es a través de esos procesos legales, que deberían poder seguir su curso”, añadió.

Preso en Londres, Assange está bajo amenaza de una extradición hacia Estados Unidos, donde se expone a una pena de hasta 175 años de prisión por espionaje.

Las autoridades estadounidenses lo acusan de haber puesto en peligro a algunas de sus fuentes cuando en 2010 publicó 250.000 cables diplomáticos y unos 500.000 documentos confidenciales sobre las actividades del ejército estadounidense en Irak y Afganistán.

Un experto de la ONU sobre la tortura, Nils Melzer, expresó su preocupación sobre el estado de salud de Assange, al asegurar que “su vida está ahora en peligro”.

El padre de Assange, John Shipton, afirmó a inicios de noviembre que su hijo podía “morir en prisión”.

Assange, cuya audiencia para analizar la extradición se realizará en febrero, también enfrentó una acusación por agresión sexual a otra joven en Estocolmo en la misma época, pero los hechos prescribieron en 2015.