El gobierno de Benjamín Netanyahu quiere evitar el caos y el vacío de poder en Cisjordania ocupada porque las consecuencias empeorarían el conflicto en esa zona.

El gabinete de seguridad del Gobierno de Israel, que preside el primer ministro, Benjamin Netanyahu, aprobó este domingo una serie de medidas para “evitar el colapso de la Autoridad Palestina”, que gobierna zonas limitadas de Cisjordania ocupada y se encuentra muy debilitada para combatir a las milicias.

“En ausencia de un cambio en la evaluación nacional, Israel actuará para evitar el colapso de la Autoridad Palestina”, indicó el Gobierno israelí en un comunicado, al explicar que la decisión fue tomada por una mayoría de ocho contra uno y una abstención.

“Los servicios de seguridad seguirán tomando medidas decididas para frustrar el terrorismo”, mientras que Netanyahu y el ministro de Defensa, Yoav Gallan, “presentarán al gabinete de Seguridad medidas para estabilizar la situación civil en el sector palestino”, añadió el comunicado, sin precisar de qué medidas se trata.

A cambio de estas medidas, el gabinete de Seguridad exigirá a los líderes palestinos el “cese de su actividad antiisraelí en el ámbito jurídico-diplomático internacional y de la incitación en sus medios y sistema educativo”.

También les reclamará no apoyar financieramente a las familias de los palestinos presos en cárceles israelíes por crímenes relacionados con “terrorismo” y frenar la construcción de casas y estructuras en el Área C de Cisjordania ocupada, una zona controlada por el Ejército israelí.

Según medios locales, las medidas que adoptaría Israel para sostener a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) serían de índole económica, de seguridad y de facilidades de desplazamiento para civiles, después de que altos funcionarios de seguridad israelíes advirtieran a la coalición gubernamental sobre los peligros que traería una posible caída del gobierno palestino.

El anuncio de las medidas por parte de Israel ocurre después de que el lunes y martes pasados el Ejército israelí realizara una operación de dos días en el campo de refugiados de Yenín, bastión de milicias palestinas del norte de Cisjordania ocupada, en la mayor incursión militar desde la Segunda Intifada (2000-2005).

Según analistas, un colapso de la ANP probablemente crearía caos y un vacío de poder en Cisjordania, así como una oportunidad para que las milicias tomen el control, algo similar a lo que ocurrió en Gaza, donde Hamás gobierna de facto desde 2007.