Los funerales de las víctimas de una letal estampida que causó 45 muertos durante una peregrinación de judíos ortodoxos en Israel se reanudaron el sábado por la noche, casi 48 horas después de la tragedia, una de las catástrofes “más graves” de su historia.

La mayoría de las 45 víctimas eran judíos ultraordoxos que participaban el jueves por la noche, en el monte Merón, en uno de los eventos más multitudinarios organizados en el país desde que empezó la pandemia de covid-19.

Este sábado por la noche, después del sabat, el descanso semanal de los judíos, se celebraron funerales en Jerusalén, constató un periodista de la AFP, así como en Petah Tikva, donde debía ser sepultado un niño de 13 años, Yeiya Hayut, cuyo padre resultó herido, según medios locales.

Los primeros entierros tuvieron lugar el viernes, horas después de la catástrofe, que también dejó 120 heridos, incluyendo algunos niños, según el último balance.

En Tel Aviv, decenas de personas se reunieron el sábado por la noche en la plaza Habima, encendiendo velas en el marco de una ceremonia de homenaje a las víctimas, constató la AFP.

“Los cuerpos de 42 víctimas de la catástrofe del Merón fueron identificados”, informó el sábado por la noche el Ministerio de Salud, que agregó que 34 cuerpos fueron retirados del instituto forense para ser sepultados.

Según la misma fuente, tres cuerpos todavía no han sido identificados. El proceso quizá requiera de una toma de muestras de huellas y análisis de ADN y podría terminar en las próximas horas.

“En cuanto hayamos terminado de identificar y de enterrar a nuestros muertos, me presentaré ante las cámaras y asumiré mi responsabilidad” en los hechos, declaró el ministro de Seguridad Interior, Amir Ohana.

“Soy responsable pero mi responsabilidad no significa culpabilidad”, añadió.

“Desgarrador”

“La catástrofe del monte Merón es una de las más graves que ha golpeado al Estado de Israel”, declaró el primer ministro, Benjamin Netanyahu, que decretó una jornada de luto el domingo.

El jueves por la noche, decenas de miles de personas se reunieron con motivo de una peregrinación para celebrar la fiesta judía de Lag Baomer, en el monte Merón, en torno a la supuesta tumba de Rabí Shimon Bar Yojai, un talmudista del siglo II al que se atribuye la redacción del Zohar, una obra central de la mística judía.

Antes del drama, una densa muchedumbre bailaba y cantaba. Hombres y mujeres estaban separados, y numerosos niños estaban presentes entre velas encendidas, según imágenes filmadas por la AFP.

Según los testimonios recabados por la AFP, una enorme cantidad de peregrinos se apiñaron para pasar por un pasillo muy estrecho.

“Llegó más gente, cada vez más. (…) La policía no la dejaba salir y comenzaron a apretarse unos contra otros, y luego a aplastarse mutuamente”, contó Shmuel, de 18 años y testigo de la tragedia. “Decenas de personas murieron aplastadas, es una catástrofe”, añadió.

“Lo que ha ocurrido aquí es desgarrador. Ha habido gente aplastada hasta morir, incluso niños”, declaró Netanyahu en el lugar y prometió una “investigación exhaustiva” sobre esta tragedia, cuyas causas aún no han sido claramente establecidas.

Entre las víctimas figuran dos canadienses, anunció la cancillería de Canadá, y cuatro estadounidenses, según el Ministerio de Exteriores israelí.

“Estados Unidos está al lado del pueblo de Israel y de las comunidades judías de todo el mundo y llora la terrible tragedia del monte Merón”, declaró el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en un comunicado.

En una carta enviada al presidente israelí, Reuven Rivlin, el mandatario palestino, Mahmud Abas, expresó su tristeza “por la tragedia” y afirmó que rezaba “por las víctimas”.