Este martes declaró en Francia Shintaro Obata, amigo de Narumi Kurosaki, quien vivía en la pieza contigua a la de la joven japonesa cuyo rastro se perdió en 2016.

Durante esta mañana se llevó a cabo la segunda jornada del juicio de apelación de Nicolás Zepeda tras haber sido condenado en primera instancia por la justicia francesa a 28 años de cárcel por el homicidio y la desaparición de su expareja japonesa.

En esta ocasión prestó declaración Shintaro Obata, quien la noche del 4 al 5 de diciembre se despertó por los gritos de una mujer.

“Realmente espero que la verdad salga a la luz sobre mi amiga Narumi”, comenzó señalando el joven, quien por esos días también se alojaba en la residencia universitaria Rousseau de la ciudad francesa de Besanzón: la suya era la 107 mientras que Narumi residía en la 106.

Junto con afirmar que la expareja de Zepeda era una persona “abierta que podía entablar una cálida amistad con cualquiera”, Obata mencionó que sintió “un grito a altas horas de la noche”.

“Era tarde y yo dormía… ese grito me despertó”, contó. Sin embargo, no pudo precisar desde dónde venía el ruido.

“En cualquier caso, el grito fue lo suficientemente fuerte como para despertarme”, reconoció, según recoge el medio galo L’Est Républicain.

“Era una voz femenina. Tuve la impresión de que esos gritos venían de un lugar lejano”, sostuvo a través de una videollamada desde Japón.

En tanto, el joven indicó que si bien durante su estadía en Francia Narumi sintió cierta nostalgia, descartó que tuviera tendencias depresivas.

“Puedo confirmar que no era alguien que estuviera pensando en suicidarse. Eso está fuera de discusión”, puntualizó.

Luego de la desaparición de Kurosaki, Shintaro le dijo a la policía que sospechaba que alguien había estado manipulando el celular de la estudiante.

“Encontré una discordancia en el estilo de escritura, no era Narumi”, expuso.

“A diferencia de muchas mujeres japonesas, ella no sólo salía con japoneses. Era más independiente y conocía a más extranjeros. Ella era parte de un club de baile… Tenía la facilidad de mezclarse con gente no japonesa”, expresó.

“Al mismo tiempo que hablaba de su familia en Japón, en la que pensaba mucho, formulaba muchos planes para su futuro. Era una persona muy activa y dinámica. No es alguien que pensaría en suicidarse”, remarcó.