El gobierno francés negó el viernes cualquier encubrimiento sobre los niveles de radiación en el Pacífico tras sus pruebas nucleares realizadas durante varias décadas en la región.

“No ha habido ninguna mentira de Estado” sobre las 193 pruebas nucleares realizadas en la Polinesia Francesa entre 1966 y 1996, dijo a la Agence France-Presse la ministra delegada de la cartera de Defensa, Geneviève Darrieusseq, al margen de una mesa redonda en París dedicada a las consecuencias de estas pruebas.

Esta mesa redonda fue convocada por el presidente Emmanuel Macron en abril, tras nuevas denuncias de que esas pruebas causaron una contaminación atmosférica y terrestre, que Francia habría subestimado.

La mesa redonda, a la que Macron asistió el jueves sin hacer posteriormente ninguna declaración pública, ha tenido una respuesta desigual por parte de los políticos polinesios.

El diputado Moetai Brotherson, partidario de la independencia y representante del archipiélago en el parlamento nacional, se negó a asistir si Francia no se disculpa.

Su partido, Tavini Huiraatira, anunció que organizará un acto rival en Tahití el 2 de julio.

Pero el presidente del archipiélago, que comprende más de 100 islas, acogió con satisfacción la iniciativa.

“Sentimos que el presidente tenía una voluntad real de pasar esta página dolorosa para todos nosotros, con los recursos que habrá que poner en el futuro, para que los polinesios podamos reconstruir la confianza que siempre hemos tenido en Francia”, dijo Edouard Fritch.

“Es una señal fuerte la que ha enviado”, añadió Fritch, al comentar la promesa de Macron hecha en la mesa redonda de que viajaría a Tahití el 25 de julio.

En marzo, el medio de investigación en línea Disclose afirmó que Francia subestimó los niveles de radiactividad a los que se expuso a la población de la Polinesia Francesa.

El portal analizó durante dos años unas 2.000 páginas de documentos militares desclasificados sobre las pruebas nucleares realizadas en el archipiélago del Pacífico Sur.

Los historiadores piden que se abran los archivos relacionados con los ensayos nucleares.
“Hay una cláusula específica en el código del patrimonio que dice que todo lo que tiene que ver con la energía nuclear no puede ser divulgado”, explicó el historiador Renaud Meltz.