El 14 de mayo de 2018 la localidad de Lucan, ubicada en los suburbios de Dublín, fue el escenario de uno de los crímenes más crudos que ha atravesado la población irlandesa.

Ese día, la joven Ana Kriégel de 14 años fue violada, torturada y asesinada por dos menores de edad, de entonces 13 años, quienes hicieron una macabra planificación para abusar y terminar con la vida de la niña nacida en Rusia.

Los detalles de su deceso, sumado al ámbito privado de los implicados en el crimen, dejaron destrozados los corazones de millones de habitantes que vieron cómo, en cuestión de minutos, un trío de niños truncó sus vidas para siempre.

Ana Kriégel | BBC

La historia de Ana

Anastasia “Ana” Kriégel nació el 18 de febrero de 2004 en la ciudad de Novokuznetsk, en Rusia. De recién nacida fue internada en un orfanato y cuando tenía dos años, en 2006, fue adoptada por Geraldine Kriégel y su esposo de origen francés, Patrick Kriégel, con quienes se fue a vivir a Irlanda.

Pese a que sus padres adoptivos no tenían ninguna relación con la cultura rusa, ambos intentaron asegurarse de que Ana mantuviera vínculos con su cultura natal como, por ejemplo, mantener su nombre original.

Durante su infancia, Ana fue una niña feliz que disfrutaba de la vida familiar y los paisajes del país que la vio crecer. No obstante, vivió momentos duros luego que se le extirpara un tumor de su oído derecho, lo que la dejó casi completamente sorda de ese lado y con algunos problemas de visión.

Durante su época de secundaria la niña luchó por tener amigos, quienes la consideraban un “bicho raro” y le hacían bromas respecto a no tener padres, entre otras relacionadas con sus discapacidades.

Debido al acoso que sufrió en la escuela, se autolesionó en una ocasión en 2017 y en una oportunidad fue suspendida por pintarse un ojo morado, algo que su madre vio posteriormente como una expresión del dolor que sentía por dentro.

De acuerdo a registros, parte del bullying que sufrió Kriégel partió antes de comenzar la secundaria, sufriendo ataques online producto de su altura y el hecho de que fuera adoptada. Incluso, algunos mensajes intimidantes eran de naturaleza sexual. Cuando la situación escaló, su madre le pidió que le diera todas sus claves de aplicaciones para poder verificarlas.

Ana Kriégel | TheJournal.ie

Su desaparición

Producto del acoso sufrido por Ana, su madre sabía que ella no tenía amigos en la escuela y que su vida era más bien solitaria.

Por ello, le llamó la atención que tras llegar a su hogar de la escuela el 14 de mayo de 2018, recibiera una llamada de un conocido cerca de las cinco de la tarde. El joven quería juntarse con ella, algo a lo que Ana accedió.

Cuando salió de la casa junto al menor, conocido como Niño B posteriormente en el juicio, su mamá quedó preocupada. Algo le dijo que no estaba todo bien. Y su instinto no falló… esa sería la última vez que vería a su hija con vida.

Ana Kriégel | ABC
Ana Kriégel | ABC

El hallazgo

Tras varios días de incertidumbre y desesperación por parte de sus padres, el cuerpo de Ana Kriégel fue encontrado el jueves 17 de mayo de 2018 en Glenwood House, una casa de campo abandonada del siglo XIX ubicada en la localidad de Coldblow. Su cuerpo se encontraba desnudo y su ropa esparcida por toda la casa.

La causa de muerte de la joven fueron heridas contundentes en su cabeza, no obstante, también se hallaron signos de agresión sexual y una cinta de construcción alrededor de su cuello.

Luego del hallazgo, dos niños de 13 años -conocidos de Ana- fueron inmediatamente sindicados como sospechosos y posteriormente hallados culpables por el asesinato. En su condición de menores de edad, sus nombres no fueron dados a los medios y fueron designados como Niño A y Niño B.

Según se reveló después del hecho, la vida de los asesinos tampoco era mucho mejor que la de Ana. En el caso de “A”, la policía encontró en su hogar una gran cantidad de pornografía de contenido extremadamente violento. Con el tiempo se determinó que él fue quien organizó el crimen y convenció a su amigo, “B”, para asesinar a Ana. Todo lo veían como si fuera un juego, informó la web Blasting News.

Ana Kriégel | ABC

El juicio

Luego de un juicio que se extendió durante siete semanas y que comenzó a fines de abril de 2019, ambos niños fueron encontrados culpables, convirtiéndose en las personas más jóvenes en la historia de la República de Irlanda en ser acusadas de asesinato.

De acuerdo a la sentencia, dada a conocer el 5 de noviembre de 2019, el Niño A fue condenado a cadena perpetua con un período de revisión después de doce años por el asesinato. Además, fue condenado a doce años por agresión sexual agravada. En tanto, el Niño B fue sentenciado a quince años por el asesinato de Ana, lo que se revisará después de un período de ocho años.

También se informó que, de ser revisados favorablemente sus casos, a los niños se les otorgarían nuevas identidades.

“Tendrán que llevar la culpa y la vergüenza de su implicación (en el asesinato) durante el resto de sus vidas… al menos que tengan la oportunidad de reconstruirse de una forma positiva. Tienen la oportunidad de un futuro y de una segunda oportunidad, algo que le negaron cruelmente a Ana”, señaló el juez del caso tras dar la sentencia, según consignó el medio español ABC.

Actualmente, los menores se encuentran recluidos en el Centro de Detención de Oberstown, en el norte de Dublín. Ambos serán trasladados a una prisión para adultos cuando cumplan 18 años.

Ana Kriégel | Chilling Crimes

Homenajes

Tras la muerte de Ana, todo un país se vio afectado por la muerte de la menor y, sobre todo, sus circunstancias. El 31 de mayo de 2018 se realizó su funeral en el crematorio de Newlands Cross, al cual asistieron cientos de personas. Su familia pidió a los asistentes que llevaran “brillo y color” en memoria de la joven y que se hicieran donaciones al Grupo de Adopción Ruso Irlandés (RIAG). Además, los padres colocaron una bandera rusa y una muñeca matrioshka en el ataúd de Ana.

Luego del juicio, en tanto, los padres se refirieron a la menor. Patrick comentó que su hija “era nuestra fuerza”, mientras que Geraldine señaló que “Ana fue un sueño hecho realidad para nosotros y siempre lo será. Era salvaje y maravillosa, eléctrica, llena de diversión, locura y risa… era el amor de nuestras vidas. Ella permanecerá en nuestros corazones, amada y apreciada por siempre. Te amamos Ana”, informó el medio Irish Times.

Tras su muerte, la familia de la niña fundó en su nombre una organización benéfica para ayudar a otros adolescentes en conjunto con el RIAG, a la cual llamaron ANA (Red de Adolescentes de Ana).

A casi tres años de la muerte de Ana, se mantiene vivo el debate sobre los crímenes cometidos por menores de edad y el castigo que debiera aplicárseles, así como la responsabilidad de los padres respecto del bullying que sufren sus hijos, sobre todo en internet.

“Lo que hace sacudir lo que damos por hecho sobre la infancia es que los condenados por perpetrar el crimen son ellos mismos niños”, declaró Chris McCusker, experta en psicología clínica de la University College Cork citada por el medio inglés The Guardian.

Los padres de Ana | Irish Times