Casi 20.000 personas se manifestaron el lunes en Georgia para aumentar la presión sobre el partido en el poder, después de la represión policial de la semana pasada.
Agitando banderas de Georgia y de la Unión Europea, los manifestantes marcharon por el centro de la capital, Tiflis, exigiendo cambios y renuncias.
Durante la manifestación, muchos se juntaron frente al Parlamento y bloquearon las entradas.
En concreto, los movilizados piden la dimisión del gobierno y elecciones generales anticipadas.
Este movimiento de protesta comenzó la semana pasada después que los diputados rechazaran un proyecto de ley que prevé la supresión del sistema electoral mixto y la introducción de una representación proporcional para las elecciones legislativas de octubre de 2020.
Los partidos de la oposición mostraron una unión inusual contra el gobernante partido Sueño Georgiano, presidido por el poderoso oligarca Bidzina Ivanishvili, a quien acusan del fracaso de la iniciativa.
“Las protestas masivas continuarán hasta que se satisfagan nuestras demandas”, declaró a la AFP Levan Berdzenishvili, jefe del opositor Partido Republicano.
“El pueblo georgiano y toda la oposición quieren obligar al partido en el poder a adoptar un sistema electoral justo”.
Pese a una temperatura glacial, cientos de manifestantes, muchos de ellos jóvenes, seguían en la calle a altas horas de la noche, bailando al son de música electrónica.
Aparte de bloquear las entradas a la sede del legislativo, los manifestantes amenazaron con impedir que los legisladores entren al edificio donde está prevista una sesión plenaria este martes.
A primera hora del martes, la policía arrestó a cinco manifestantes y detuvo brevemente a dos influyentes parlamentarios de la oposición, Giga Bokeria, del partido Georgia Europea; y Tengiz Gunava, del Movimiento Nacional Unido.
“El gobierno ha perdido el apoyo popular y depende únicamente de la fuerza policial”, afirmó a la AFP una manifestante, Elene Mikadze, de 21 años.
La oposición estima que el sistema electoral actual favorece al partido gobernante, con el 77% de los escaños en el parlamento después de ganar el 48,7% de los votos en las elecciones de 2016.