La canciller alemana, Angela Merkel, comunicó a la cúpula de su partido que quiere dejar su escaño en el Parlamento una vez que finalice la legislatura en 2021, con lo cual renuncia también a presentarse otra vez como candidata a la jefatura del Gobierno.

La mandataria además señaló ante sus correligionarios que descarta ocupar algún cargo en instituciones de la Unión Europea (UE) y que tiene previsto renunciar a presentarse a la reelección como presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU) en el congreso del partido previsto para comienzos de diciembre.

Sin embargo, Merkel, de 64 años, quiere seguir al frente del Gobierno en Berlín hasta que finalice su mandato, previsiblemente dentro de tres años.

En conferencia de prensa, la mujer considerada como la más poderosa del mundo, confirmó todas las informaciones de círculos cercanos al gobierno de Berlín.

Merkel anunció su decisión un día después de las elecciones regionales de Hesse, donde los partidos de la gran coalición sufrieron grandes pérdidas.

Hoy es hora de abrir un nuevo capítulo (…) No buscaré más posiciones políticas
- Angela Merkel

Hasta ahora, Merkel había sostenido que para ella la jefatura de la CDU y la cancillería eran dos cargos que debía ocupar la misma persona, mientras el partido esté al frente del Gobierno, y había declarado su intención de presentarse a la reelección el congreso de la agrupación en diciembre.

Los sectores más conservadores de la agrupación estaban descontentos con la intención de Merkel de presentarse a la reelección, pero hasta ahora no se habían lanzado candidaturas en su contra que tuvieran peso político.

Ahora, el expresidente del grupo parlamentario Friedrich Merz se ha mostrado dispuesto a asumir la jefatura “si el partido así lo quiere”, también según medios.

Merz es considerado como un representante del ala conservadora del partido y había abandonado la primera línea de la política después de que en 2002 Merkel, ya siendo presidenta del partido, asumiese el liderazgo del grupo parlamentario para convertirse así en la jefa de la oposición frente al último Gobierno de Gerhard Schröder.

También anunció su candidatura Annegret Kramp-Karrenbauer, la actual secretaria general de la CDU, considerada la posible sucesora de Merkel.

Kay Nietfeld | Agence France Press
Kay Nietfeld | Agence France Press

Angela Merkel logró su actual cuarto mandato tras las elecciones del 24 de septiembre de 2017. Entonces los conservadores obtuvieron su peor resultado desde 1949, provocando según la prensa alemana una “erosión del poder” de la canciller, que había sido elegida por primera vez en 2005.

Luego, necesitó seis meses -algo nunca visto en la historia desde la postguerra- para formar gobierno y, al final, renovar difícilmente la coalición saliente con los socialdemócratas del SPD.

Paradójicamente, fue la acogida de cientos de miles de migrantes en 2015 la que le dio al mismo tiempo una estatura histórica y sentó las bases de su declive.

En septiembre de 2015, dejando a un lado su legendaria prudencia, Merkel decidió abrir su país a 900.000 solicitantes de asilo, una medida que le hizo perder mucha popularidad y provocó un auge de los populistas de derecha.

Visión de analistas

La decisión de Angela Merkel de retirarse progresivamente tras el revés electoral del domingo debilitará el eje franco-alemán en la Unión Europea (UE), y podría incluso paralizarla en tanto se enfrenta al auge de los populistas antieuropeos, indicaron este lunes a la AFP.

“Merkel contará con menos autoridad tras haber anunciado su marcha”, estima Jean-Dominique Giuliani, presidente de la Fundación Schuman, un análisis compartido por Sebastien Maillard, director del instituto Jacques Delors, para quien este es “un golpe duro para Europa”.

El anuncio de retirada de la canciller podría afectar a las próximas grandes citas europeas, especialmente la cumbre de diciembre en Bruselas consagrada a la política migratoria y a la reforma de la zona euro, dos temas que dividen a los países del bloque.

“Nada pasará antes de finales de año y nada pasará probablemente antes de las elecciones europeas” previstas para mayo de 2019, avanza Julian Rappolt, analista del European Policy Center. “Existe un riesgo de parálisis a nivel europeo”, agrega.

La Comisión europea no tiene la misma opinión. Uno de sus responsables, bajo anonimato, asegura que esperaban la decisión y que “ésta no cambia nada”. “La canciller no se irá inmediatamente”, apunta.

Polonia expresó este lunes su deseo de que la jefa del gobierno alemán, en el poder desde 2005, pueda finalizar su actual mandato en 2021, insistiendo en su papel “estabilizador”.

“No creo que la UE se suma en el caos y la inestabilidad, porque será una marcha muy lenta”, agrega Sudha David-Wilp, responsable de la oficina en Berlín del German Marshall Fund, un centro de análisis europeo.

Michael Kappeler | Agence France-Presse
Michael Kappeler | Agence France-Presse

Sin embargo, su anuncio abrió un periodo de incertidumbre sobre quién reemplazará a Angela Merkel al frente de su partido, la CDU. Todo ello en tanto la UE prepara un nuevo impulso a partir de la marcha de Reino Unido, la primera de un país miembro, en marzo.

“Si es Annegret Kramp-Karrenbauer, es algo sobre todo positivo para el relanzamiento de la UE”, estima Giuliani, para quien la secretaria general de la CDU y expresidenta de la región de Sarre hasta febrero, “es cercana a Francia y muy europea”.

Para Rappolt, si Kramp-Karrenbauer “asume la presidencia del partido, todavía existe la posibilidad de que la canciller pueda permanecer en el cargo hasta 2021”. “De lo contrario, la brecha entre ella y su partido será demasiado grande y será el final”, apunta.

El representante de un país miembro de la UE lamenta el periodo de incertidumbre abierto, en un momento en que “Europa atraviesa una grave crisis interna y sus cimientos se están derrumbando” con el auge de los movimientos y partidos populistas eurófobos.

“Hay muy poco liderazgo en Europa. La mayoría de los dirigentes están en dificultades y algunos incluso cayeron”, agrega.

El presidente francés, Emmanuel Macron, “se esforzó en dar un impulso, pero sus iniciativas no encontraron mucho apoyo en el resto de la UE”, confirma el analista del European Policy Center.

Maillard considera que Merkel no lo ayudó a alcanzar ese impulso ya que, a su juicio, “siempre se tomó su tiempo, siempre estuvo a la defensiva”. “Es hora de que Alemania diga lo que quiere y lo que no quiere”, subraya Jean-Dominique Giuliani.

“Ahora que su autoridad se ha visto erosionada, la gente empezará a hablar. Creo que su balance será bastante negativo”, agrega el presidente de la Fundación Schuman.

Esta visión compartida por otros expertos enturbia la imagen de una dirigente partidaria de la solidaridad entre los 28 en la acogida de migrantes, y la defensa del multilateralismo frente al proteccionismo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

El director del instituto Jacques Delors es también muy crítico. “No sabría ponerle su nombre a algún acervo europeo importante. Merkel nunca tuvo una visión para Europa. Es más estratega que visionaria”, apunta.

“Ella tuvo actitudes lamentables como la defensa de los vehículos alemanes durante la guerra comercial con Trump o la defensa del diésel”, lamenta Maillard, para quien ella “defendió los intereses comerciales alemanes sin visión sobre lo que implicaría para Europa”.