La familia de Pamela Turner, una mujer afroestadounidense asesinada a tiros por un policía en el sureño estado de Texas, celebró el jueves que el uniformado fuera finalmente imputado, 16 meses después de la tragedia.

El oficial Juan Delacruz, desplegado en Baytown -un suburbio de Houston-, fue acusado a principios de esta semana por el delito de agresión agravada en la muerte de Pamela Turner, de 44 años.

“Este es un paso más para obtener la justicia que mi madre merece y para que pueda descansar respetuosamente, como debe ser, porque no merecía morir“, dijo la hija de Turner, Chelsea Rubin, en una conferencia de prensa el jueves.

El de Turner es el último de una serie de sonados casos de brutalidad policial contra afroestadounidenses que han despertado indignación y provocado multitudinarias protestas en todo Estados Unidos.

Turner, cuya familia asegura que padecía una enfermedad mental, murió en un altercado con Delacruz el 13 de mayo de 2019, mientras intentaba arrestarla por cargos menores.

Un video filmado por un transeúnte los muestra luchando: el uniformado intentaba esposarla mientras ella gritaba que la estaba acosando.

Luego, el oficial trató de usar su pistola paralizante contra la mujer, quien aparentemente trató de agarrarla mientras gritaba que estaba embarazada.

Entonces, con Delacruz fuera de la vista en el video, se escuchan cinco disparos.

Delacruz, que alegó defensa propia, sólo fue puesto en licencia administrativa por una semana mientras las autoridades investigaban el caso.

La policía dijo que la víctima no estaba embarazada en el momento de la muerte.

Ahora, Delacruz será juzgado el 28 de octubre y se enfrenta a una sentencia de hasta cadena perpetua si es declarado culpable.

Los cargos son “un paso significativo hacia la justicia y una validación de que su vida importaba… que la vida de las mujeres negras importa”, dijo el abogado de derechos civiles Ben Crump, que representa a la familia.

Crump también representa a la familia de Breonna Taylor, la mujer negra asesinada por la policía en su propia casa a principios de este año en Louisville, Kentucky (centro-este).

Después de meses de protestas, Louisville anunció el martes un acuerdo por 12 millones de dólares en una demanda por muerte por negligencia interpuesta por la familia de Taylor.