Estados Unidos y China cerraron el viernes dos días de negociaciones comerciales consideradas por Washington como un gran avance para cerrar la guerra comercial que tiene en jaque a la economía mundial, en las cuales habría logrado un acuerdo parcial para terminarle conflicto entre ambos potencias.

La agencia Bloomberg informó que ambos países habían alcanzado un acuerdo parcial para acabar con la guerra comercial, Como parte del acuerdo, China seguirá aumentando las compras de productos agrícolas estadounidenses y se comprometerá a no manipular su moneda mientras que Washington suspenderá el incremento de los aranceles a bienes chinos.

“Tuvimos dos días de productivas discusiones”, dijo el secretario de Tesoro de Estados Unidos Steven Mnnuchin a periodistas antes de que el principal negociador chino, Liu He, se reúna con el presidente Donald Trump. “Haremos más anuncios luego de que nos reunamos con el presidente”, añadió.

Desde que empezó el choque con China el año pasado, varios momentos de aparente acercamiento quedaron en la nada y dieron lugar a un mayor deterioro de las relaciones entre Washington y Pekín.

No solo aranceles

El departamento del Tesoro calificó en agosto a China como país manipulador de moneda y acusó a Pekín de manejar el yuan para deslealmente sacar ventajas comerciales.

Sin embargo habrá qué ver hasta dónde se llegará.

Hasta ahora, China se ha rehusado a realizar los cambios profundos que exige Trump porque considera que, de hacerlo, eso podría provocar problemas en el gobernante Partido Comunista.

China Daily, el periódico del Partido Comunista, dijo el viernes en un editorial que un acuerdo parcial “es objetivamente más factible y podría ser de interés para ambas partes”.

Entretanto, el gobierno de Trump sigue examinando mecanismos para mantener la presión sobre Pekín más allá de aplicarle aranceles.

Washington acusa a China de intentan dominar la economía mundial mediante gigantescas intervenciones del Estado en los mercados, robo de propiedad intelectual, piratería y subsidios. Esas acusaciones son compartidas por Europa y Japón.