Los principales líderes del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes y el Senado de Estados Unidos, Nancy Pelosi y Chuck Schumer, apuntaron al presidente Donald Trump, luego que se informara que el Servicio Secreto interceptó una serie de paquetes sospechosos que fueron enviados a Hillary Clinton, Barack Obama, la sede de CNN en Nueva York y otros líderes de la oposición.

Schumer y Pelosi acusaron a Donald Trump de haber consentido la violencia y de haber dividido al país con su oratoria.

“El presidente ha consentido la violencia física y ha dividido a los estadounidenses con sus palabras y con sus acciones”, señalaron en un comunicado la líder de la minoría demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el representante de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer.

Los paquetes fueron interceptados en medio de una fuerte polarización política con miras a las legislativas de mitad de mandato del 6 de noviembre, vistas como un referendo para Trump y el gobernante Partido Republicano.

El expresidente Obama y la excandidata presidencial Clinton son las figuras de más alto perfil de la oposición demócrata, en tanto CNN se ha distinguido por su agresiva cobertura del gobierno de Trump, quien reemplazó a Obama tras vencer a Clinton en 2016.

Prominentes demócratas afroestadounidenses también estuvieron entre los destinatarios,
como el exfiscal general de Obama, Eric Holder y, según trascendidos de prensa, la legisladora por California Maxine Waters, ambos críticos de Trump.

Un dispositivo sospechoso hallado en la oficina de Manhattan del gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, resultó ser una falsa alarma, al igual que otros cerca de las oficinas de la ascendente senadora demócrata Kamala Harris.

En Florida, la policía también investigaba un paquete sospechoso cerca de la oficina de una legisladora demócrata, Debbie Wasserman Schultz.

Desde la Casa Blanca, Trump hizo un llamado a la unidad y condenó con dureza el intento de ataque contra sus rivales políticos.

“En estos momentos, tenemos que unirnos y enviar un mensaje muy claro y contundente de que los actos de violencia política de cualquier tipo no tienen lugar en Estados Unidos”, dijo.

Ante este hecho, la primera dama Melania Trump denunció estos “ataques cobardes” y condenó a “todos los que eligen la violencia”.

“Terrorismo interno”

El Servicio Secreto dijo que los paquetes a Clinton y Obama fueron identificados durante revisiones rutinarias y aseguró que sus destinatarios no estuvieron en riesgo de recibirlos.

Legisladores republicanos también condenaron lo ocurrido. Los supuestos explosivos fueron enviados poco más de un año después de que un hombre enojado con Trump le disparara a cuatro personas durante una práctica de béisbol.

“La violencia y el terrorismo no tienen cabida en nuestra política ni en ninguna otra parte”,
tuiteó el congresista republicano Steve Scalise, quien recibió un disparo y resultó gravemente herido en esa práctica en junio de 2017.

El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, deploró lo que llamó un “intento de actos de terrorismo interno”.

Soros, objetivo del primer dispositivo y quien vive en Nueva York cerca de los Clinton, se ha convertido en blanco favorito de grupos de derecha que critican su apoyo a causas progresistas.

A principios de este mes, Trump acusó a Soros de pagar a manifestantes para protestar contra la reciente nominación a la Corte Suprema del juez Brett Kavanaugh, acusado de intento de violación.

Soros también ha sido señalado de financiar la caravana de migrantes que actualmente avanza desde Honduras en ruta hacia Estados