Según expertos, la frontera ha sido degradada a un "cuadrilátero" entre Caracas y Bogotá. Su cierre solo ha favorecido a los criminales. Iniciativas bilaterales buscan recuperar la vida entre vecinos.

Si bien Cúcuta es la mayor ciudad sobre la línea entre Colombia con Venezuela, ambos países comparten una frontera de 2.219 kilómetros de longitud.

Una frontera poblada por 12 millones de personas en 7 departamentos colombianos y 4 estados venezolanos.

Entre Colombia y Venezuela hay 7 pasos fronterizos legales, aunque el paso de Tienditas nunca fue abierto.

“Esta es una frontera en la que la línea divisoria pasa por Bogotá y Caracas con sus posturas ideológicas que rompen la vida de sus habitantes”, dice a DW el politólogo Ronal Rodríguez en un foro abierto de la Universidad de la Sabana de Colombia, a través de Twitter Spaces.

Agregó que “Bogotá y Caracas han convertido la frontera en una especie de cuadrilátero, con sus posturas ajenas a las necesidades de millones de habitantes que necesitan una ‘frontera viva’ para poder subsistir”.

“No podemos ni queremos cambiar a nuestros vecinos”

Por ello, iniciativas políticas buscan recuperar la frontera para la gente que sufre el cierre y buscan “despolitizarla”, explicó Víctor Bautista Olarte. Profesional de la Secretaría de Fronteras y Asuntos Migratorios de la Gobernación de Santander del Norte, cuya capital es Cúcuta.

Consciente de la disputa entre los gobiernos nacionales, Bautista reitera que “nosotros en la frontera no podemos ni queremos cambiar a nuestros vecinos venezolanos”.

Bautista, que dejó la cancillería para encauzar los diálogos de la reapertura de la frontera, no solo destaca los estrechos lazos personales sino socio-culturales, económicos e incluso ambientales con el estado de Táchira en Venezuela.

En febrero de 2019, el enviado de Maduro Freddy Bernal bloqueó el principal paso con containers para impedir la entrada de “ayuda humanitaria”, que terminó en llamas.

Los cierres han obligado a los venezolanos a tomar las “trochas”, los pasos ilegales entre países.

Una situación que se agravó aún más con la llegada de la pandemia. El 14 de marzo de 2020, Iván Duque ordenó el cierre de la frontera para garantizar la “seguridad sanitaria”.

El 2 de junio de 2021 fue reabierta unilateralmente desde Colombia. Justamente, Víctor Bautista, en coordinación con la gobernadora del Táchira, Laidy Gómez, trabajan por que la reapertura sea bilateral.

Los diálogos incluyen también al “protector”, Freddy Bernal, como emisario del presidente Nicolás Maduro.

“La figura del ‘protector’ no es otra cosa que un usurpador de las funciones de los mandatarios regionales que el régimen nombra cuando el ganador en las elecciones pertenece a la oposición”, explicó Tulio Hernández, exiliado del régimen de Venezuela.

¿Instrumentalización de la frontera como estrategia electoral?

Pero la instrumentalización de la frontera sigue siendo un hecho.

El pasado 4 de octubre, Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, anunció “la reapertura de la frontera para reactivar la economía en Táchira”.

Una jugada que, según el profesor Hernández, “solo busca favorecer el propósito de Freddy Bernal de ser elegido gobernador en las elecciones”.

Bernal prometió retirar los containers que bloqueaban el paso sobre el Puente Simón Bolívar hacia Colombia. Una tarea que solo se cumplió hasta el 8 de octubre.

“Como maniobra electoral, Bernal presenta el retiro de los containers como un acto de bondad, cuando fue él mismo el que los puso”, replicó la gobernadora del estado venezolano del Táchira, Laidy Gómez.

“El cierre de los pasos fronterizos oficiales, ordenado por Maduro y ejecutado por el ‘protector’, Bernal, fue más que traumático para sus habitantes”, dijo la titular del Táchira.

“Colectivos se han enriquecido delinquiendo en la frontera”

La gobernadora del Táchira se refiere a las acusaciones contra Bernal, como presunto jefe de organizaciones criminales, utilizadas como escuadrones contra la oposición.

Según Insight Crime, Freddy Bernal es el “padrino político del Colectivo de Seguridad Fronteriza (CSF). Una milicia irregular con apoyo estatal que se ha enriquecido en el fronterizo estado de Táchira atracando a los venezolanos de la frontera”.

La gobernadora Gómez del Táchira lo pone en sus palabras: “Con los cierres de la frontera, las pérdidas para los empresarios y la gente han sido multimillonarias, mientras los criminales se han enriquecido”.

Colombianos y venezolanos urgen una frontera abierta que no los siga exponiendo al delito.

“El dilema es que es muy probable que, tras las elecciones regionales del 21 de noviembre en Venezuela, el control de la frontera desde el lado de Maduro”, advierte el sociólogo Hernández.

La realidad es que Iván Duque tildó de “circo electorero” el anuncio del régimen de Venezuela. Esto, sin dejar de mencionar que la reapertura es realmente el propósito de Colombia, pero “paulatinamente y de forma organizada”.

Bautista, el diplomático, considera, por otra parte, que los impulsores de la reapertura, “por principio, no hacemos mención ni a personas ni a temas del otro lado de la frontera”.

Lo que la frontera necesita es “transformación”

“La frontera es una cuestión de Estado en el que no tenemos competencia”, reconoce Bautista, quien, de todos modos, agradece “la comprensión del inmenso problema de los habitantes de la frontera en Bogotá”.

Víctor Bautista conoce de primera mano lo que pueden significar las tensiones entre fronteras.

“Estudié en Alemania del Este y conozco lo que fue vivir de uno y otro lado del Muro de Berlín, en plena Guerra Fría”, cuenta Bautista.

Agrega que justo por esa razón, sabe “que en los peores momentos de una confrontación política tiene que haber una instancia encargada de la comunicación”.

Este lunes 11 de octubre, el diario La Opinión de Cúcuta, describía en un titular la actual situación en la frontera: “Río de gente presiona a la Guardia Nacional a darle paso por el puente Simón Bolívar”.

Quienes sufren el cierre de la frontera han sido los primeros en acudir a la “Realpolitik”, al pragmatismo que Víctor Bautista Olarte sintetiza en que “la frontera no necesita confrontación sino transformación”.