Hijo de la élite empresarial argentina, el presidente Mauricio Macri ha sido el mayor defensor del liberalismo en Argentina, pero culminará su gobierno con un país sumido en la crisis económica más grave desde 2001, con un aumento de la pobreza, una inflación desatada y una contracción del PIB.

Macri perdió este domingo la elección presidencial ante el peronista Alberto Fernández, quien iba acompañado por Cristina Kirchner como vicepresidente. Una derrota que se explica por la grave crisis económica de Argentina, iniciada en abril de 2018 tras una corrida cambiaria.

Con el 95,31% de las mesas escrutados, Fernández obtuvo 47,99% de los votos, contra el 40,48% de Macri.

Su triunfo hace cuatro años fue visto como un hito en este país en el que solo peronistas o radicales habían gobernado en democracia,
y también marcó el comienzo de un giro a la derecha para los países sudamericanos, tras más de una década de gobiernos de izquierda.

Antes de la elección Macri pidió más tiempo a los argentinos y les prometió que lo peor ya había pasado, pero la credibilidad del presidente al parecer no tuvo efectos en la sociedad trasandina, que volvió a elegir una fórmula peronista.

En los 4 años de gobierno, la pobreza aumentó de 30,1% a 35,4%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina (Indec). Mientras que el PIB nominal y el PIB per cápita también se contrajeron según el Banco Mundial (ver tabla).

El economista de la Universidad de Columbia, Martín Uribe, explica a BioBioChile que Macri no fue capaz de controlar el gasto público, tuvo una mala política monetaria y generó un déficit fiscal insostenible.

“En el primer semestre del 2018, el resto del mundo dejó de prestarle, lo que generó una contracción importante en la demanda agregada. Esto se sumó a una sequía de magnitud, que redujo la oferta de bienes exportables. Esta crisis se contuvo en alguna medida con la ayuda de un préstamo del FMI”, sostiene.

Índice 2015 2019
Pobreza 30,1% 35,4%
PIB nominal US$594,7 mil millones US$518,1 mil millones
PIB per cápita US$13.698 US$11.652
Banco Mundial e Indec

De millonario a empresario

Ingeniero de 60 años, Macri nació en una familia acomodada. Estudió en las más prestigiosas escuelas y universidades, trabajó en la empresa familiar, una constructora. Su padre Franco, fallecido en marzo, era uno de los empresarios más ricos de Argentina y estuvo involucrados en casos de corrupción y de evasión de impuestos.

Las conexiones familiares le facilitaron la buena relación con el presidente estadounidense, Donald Trump, a quien conocía de años atrás por los negocios en el sector de la construcción de su padre.

También con Christine Lagarde, cuando estaba al frente del Fondo Monetario Internacional, tuvo una relación fluida, para molestia de muchos que en Argentina atribuyen a ese organismo gran parte de sus males.

Estudió en el colegio Cardenal Newman de Buenos Aires, donde se forman las élites, y de entre sus compañeros de clase salieron varios de sus ministros. Luego se graduó en la Universidad Católica y se especializó en la de Columbia (Nueva York).

Su etapa pública daría un salto en 1995, cuando fue elegido por los socios como presidente del Club Boca Juniors, donde inició su periodo con la contratación de Diego Armando Maradona, Diego Latorres y de Claudio Paul Canniggia.

Luego de tres primeros años de sequía y sólo contrataciones rimbombantes, en 1998 llega al club Carlos Bianchi, con quien iniciaría el periodo más exitoso del equipo.

Durante los años con Macri a la cabeza, Boca Juniors ganó cuatro Copa Libertadores, 2 Copa Intercontinental y 6 torneos nacionales.

AFP
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Política, gobierno y crisis

La experiencia en Boca le sirvió de trampolín para la carrera política, que comenzó como jefe de Gobierno de Buenos Aires (2007-2015), formando la alianza Cambiemos, que incluyó a partidos de derecha y a radicales moderados.

En 2015 llegó a la presidencia, tras un primer intento y derrotando a Daniel Scioli, delfín del kirchnerismo.

Los dos primeros años fueron positivos para Macri, incluso Cambiemos logró la primera mayoría en las elecciones de medio gobierno en 2017, lo que le valió la confianza para ejecutar con mayor vigor su plan económico. Tuvo el beneplácito de los mercados y Argentina cerró el segundo año con un crecimiento de 2,9% del PIB, según el Banco Mundial.

El mandatario intentó abrir la economía argentina, históricamente proteccionista, pero la crisis cambiaria de 2018, obligó a dos medidas: solicitar un préstamo al FMI e intervenir la moneda.

Las medidas dieron un respiro hasta 2019, cuando la crisis se agudizó.

“A mediados de 2019, la crisis se volvió a profundizar después de conocerse el resultado de elecciones primarias que le otorgó un amplio triunfo a un frente de corte populista. Un agravante de esta recaída fue un manejo pésimo de la política monetaria, que innecesariamente introdujo controles de cambio y llevó la tasa de interés a niveles anormalmente altos”, agrega Uribe.

Cambiando el foco de 2015, Macri acudió al peronista Miguel Ángel Pichetto como fórmula para competir contra “los Fernández”, pero las primarias de agosto predijeron lo que hoy se confirmó: Argentina perdió la confianza en él y su plan económico, decidiendo retornar al peronismo.

El periodo de Macri terminará el 9 de diciembre, si llega a esa fecha, se podrá convertir en el primer presidente no peronista electo democráticamente en finalizar su mandato en el periodo programado originalmente. Al menos un consuelo.