Doce de los 27 gobernadores elegidos en las elecciones brasileñas, incluyendo dos de los ricos estados de Sao Paulo y Rio de Janeiro, aprovecharon la ola populista que encumbró a Jair Bolsonaro para conseguir unas victorias que hace unos meses parecían improbables.

El Partido Social Liberal (PSL), formación del presidente electo de extrema derecha, tendrá por primera vez tres gobernadores: el de Santa Catarina (sur) y los de los estados amazónicos de Roraima (norte) y Rondonia (oeste).

Pero el efecto Bolsonaro se sintió, principalmente, en el rico sudeste, donde candidatos de otros partidos despegaron en los sondeos tras declarar su apoyo público al excapitán del Ejército.

Uno de los casos más significativos se vivió en Rio de Janeiro. Casi desconocido cuando registró su candidatura, Wilson Witzel apenas contaba con el 3% de intenciones de voto en agosto.

Hasta que todo cambió en septiembre, cuando este exjuez federal comenzó a apoyar abiertamente al ultraderechista para los comicios nacionales, llegando incluso a hacer campaña en la calle junto a uno de sus hijos, Flavio Bolsonaro, ahora elegido senador.

En el primer turno, el 7 de octubre, Witzel protagonizó una de las grandes sorpresas de la noche al acabar en primera posición con 39% de los votos, pese a que los últimos sondeos le situaban solo en tercer lugar, con un magro 12%.

El domingo completó su remontada al lograr la elección con alrededor del 60% de apoyos, superando al exalcalde de Rio Eduardo Paes.

El ahora gobernador electo, de 50 años, no goza sin embargo de la unanimidad entre los próximos a Jair Bolsonaro, quien no quiso apoyarle abiertamente como hizo su hijo.

De ‘traidor’ a gobernador

En Sao Paulo, el estado más rico y poblado del país, Joao Doria también supo rentabilizar la ola del ultraderechista para obtener el 52% de los votos en su ajustado duelo con el centro-izquierdista Marcio França.

A este polémico empresario y presentador de televisión le salió bien su apuesta de abandonar a medio mandato la alcaldía de Sao Paulo, menos de dos años después de haberla conquistado en el primer turno al izquierdista Fernando Haddad.

Pese al rechazo explícito de algunos miembros de su partido -el tradicional PSDB (centro-derecha) del expresidente Fernando Henrique Cardoso-, Doria declaró su apoyo a Bolsonaro en la misma noche del primer turno.

Su paso adelante le costó ser llamado “traidor” por Geraldo Alckmin, su padrino político y candidato a la presidencia del PSDB, pero fue decisiva para vencer la elección en el tenso balotaje.

En Minas Gerais, el segundo estado más poblado del país, Romeu Zema, del Partido Novo -una formación de derecha surgida en 2015 gracias al apoyo de numerosos empresarios-, salió del anonimato para conquistar la elección con un arrasador 70% de los votos el domingo, gracias a su apoyo a Bolsonaro.

A pesar de todo, el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), del candidato derrotado a la presidencia Fernando Haddad, es la formación que ha conseguido más gobernadores, cuatro, todos en el nordeste, feudo electoral del expresidente encarcelado Luiz Inácio Lula da Silva.