Cientos de hondureños que lograron entrar a México desde Guatemala evadiendo la seguridad migratoria celebraron este sábado en el centro de Ciudad Hidalgo, desde donde planean seguir rumbo a Estados Unidos, mientras miles aún aguardaban sobre el puente binacional para ingresar legalmente.

En el parque central de la ciudad mexicana, un nutrido grupo de migrantes, parte de la caravana de unos 4.000 hondureños que partió el sábado pasado desde San Pedro Sula, gritaba “¡sí se pudo!”, en un ambiente de fiesta.

Algunos de ellos bailaban cumbias ejecutadas por músicos ambulantes.

“Ya estamos en México y la ‘migra’ (migración) y la policía no nos han detenido”, festejó un joven originario de Tegucigalpa, que no se identificó.

La Agence France-Presse no pudo constatar de momento cuántos migrantes concentrados en la plaza correspondían a la caravana y cuántos ya permanecían en albergues en México y habían sido convocados por activistas para solidarizarse con sus compañeros.

Unos 900 migrantes habrían tratado de ingresar a México por el río Suchiate, según el ministerio de Gobernación, que mantiene labores para “rescatarlos” y repatriarlos.

“Venimos en paz y en busca de trabajo”, dijo Mario Calderón, de 28 años, quien agregó que los que aún permanecen en el puente internacional, paso oficial entre México y Guatemala, no saben que pueden cruzar en balsas sin ser detenidos. “Pero poco a poco van a ir pasando”, agregó.

Desde el parque, unos 500 hondureños marcharon con dirección al puente con el fin de animar a sus compatriotas a que crucen por el río y se les unan para continuar el domingo temprano su marcha hacia Estados Unidos.

Los hondureños ondeaban banderas de su país y cantaron su himno nacional.

El número de migrantes en el puente, que autoridades mexicanas estimaron el viernes en 4.500 personas, se había reducido a unas 2.200, informó Gobernación, debido a que muchos decidieron regresar a su país y otros cruzaron el río usando precarias balsas hechas con neumáticos.

Los balseros cobran unos 60 centavos de dólar por persona para cruzar el río y los grupos que las abordan incluyen adultos y niños.

640 solicitudes de refugio

Más temprano, México abrió el paso por el puente a decenas de mujeres y niños que fueron llevados a Migraciones para su registro y serían conducidos luego a un albergue en la ciudad de Tapachula, a unos 40 kilómetros de Ciudad Hidalgo.

“¡Feliz, feliz, estoy feliz! ¡Al fin!”, alcanzó a gritar Gina Paola Montes, de 21 años, mientras corría por el paso peatonal del puente fronterizo ya en territorio mexicano, el cual es custodiado por policías antimotines.

Autoridades dijeron a la Agence France-Presse que el cruce legal ya había sido cerrado este sábado y que el paso de grupos se reanudaría el domingo “a primera hora”.

El ministerio de Gobernación mexicano informó haber recibido 640 solicitudes de refugio en el paso fronterizo y aseguró que ha dado atención prioritaria a 164 mujeres, algunas de ellas con embarazo avanzado, y a 104 menores de edad.

Algunos migrantes se retiraron del puente para pasar la noche en albergues de la ciudad guatemalteca de Tecún Umán.

Motivaciones políticas

Los presidentes de Honduras, Juan Orlando Hernández, y de Guatemala, Jimmy Morales, denunciaron este sábado motivaciones políticas en la caravana, que se aprovecha de la “desgracia del ser humano” y de la “buena fe” de los Estados, según argumentaron en una conferencia de prensa conjunta en la capital guatemalteca.

Ambos mandatarios sostuvieron además una conferencia telefónica con su par mexicano, Enrique Peña Nieto, en la que acordaron “resolver la situación de la frontera”.

El éxodo ha sido fuertemente criticado por el presidente estadounidense, Donald Trump, quien ha amenazado a Guatemala, Honduras y El Salvador con quitarles la ayuda financiera si no contienen la migración ilegal.

Este sábado, Trump se refirió nuevamente a la caravana para criticar al partido Demócrata estadounidense, al que acusa de mantener leyes migratorias débiles, y para agradecer a México y a sus líderes.

“Ahora México respeta el liderazgo de Estados Unidos. Gracias México, grandioso, lo apreciamos”, dijo Trump en un acto proselitista en Nevada, aludiendo a los esfuerzos de contención de los migrantes por las autoridades mexicanas.

Los hondureños que han logrado ingresar a México con anuencia de sus autoridades ven renovada su incertidumbre una vez dentro del país.

“Nos tienen con una doble esperanza: de darnos un permiso para poder movernos en Tapachula o de deportarnos; ahí solo Dios sabe”, dice Montes dejando atrás su entusiasmo inicial.

Resistir o regresar

Los migrantes que permanecen sobre el puente aún padecen calor y hambre que atizan su desesperación.

Temerosos y resignados, algunas decenas de centroamericanos que estaban en el centro de Tecún Umán optaron por volver a su país en autobuses proporcionados por el gobierno, constató la Agence France-Presse.

Gobernación informó el sábado que unas 500 personas manifestaron su deseo de regresar a Honduras y otras 1.000 tramitaban su repatriación desde territorio guatemalteco.

La caravana partió hace una semana de la ciudad de San Pedro Sula tras una convocatoria publicada en redes sociales.

En los siguientes días atravesaron Guatemala caminando y en cualquier vehículo que detuviera la marcha.