Cuatro tripulantes de un helicóptero militar murieron este sábado en Colombia, luego de que la aeronave en que realizaban operaciones contra el narcotráfico fuera hallada siniestrada en el oeste del país, informaron fuentes oficiales.

“Nos duele el fallecimiento del mayor Pedro Granados, capitán David Quintero, sargento Ramiro Santos y cabo Eduardo Gutiérrez, que se encontraban en operaciones helicoportadas en Cauca”, dijo el ministro de Defensa, Guillermo Botero.

https://www.elheraldo.co/
https://www.elheraldo.co/

La aeronave Black Hawk -con matrícula EJC 2166 de la Aviación del Ejército- fue encontrada siniestrada entre los municipios de Balboa y Argelia, donde más temprano le fue perdido el rastro cuando finalizaba una operación contra el tráfico de droga.

“Establecer la causa de lo ocurrido requiere del análisis del equipo de investigación técnica especializada de la DAVAA (División de Aviación Asalto Aéreo Ejército Nacional), quienes ya se encuentran en desplazamiento al lugar de los lamentables hechos”, indicaron los militares en un comunicado.

El rastro de la aeronave se perdió por causas aún desconocidas cuando retornaba al cantón militar José Hilario López de la ciudad de Popayán, capital departamental del convulso Cauca donde operan disidentes de la exguerrilla FARC, rebeldes del ELN y bandas narcotraficantes.

El Ejército afirmó entonces que movilizó “de manera inmediata” a tropas de la Tercera División y la Brigada Contra el Narcotráfico para buscar la aeronave y sus tripulantes, pero las labores se dificultaron por condiciones meteorológicas en la zona.

“El tiempo atmosférico reportado por las unidades en el lugar de los lamentables hechos es adverso, dificultando el ingreso de las aeronaves con el personal experto para las labores de evacuación”, agregó.

Ubicado sobre el Pacífico colombiano, el Cauca es uno de los departamentos que se disputan los grupos armados ilegales por la presencia de narcocultivos y su posición estratégica para la salida de cocaína hacia Centroamérica y Estados Unidos.

Tras cuatro décadas de lucha contra el narcotráfico, Colombia -que vive un conflicto armado de más de medio siglo- se mantiene como el principal productor mundial de cocaína y Estados Unidos como el mayor consumidor de esta droga.