El candidato de izquierda Fernando Haddad presentó una nuevo plan de gobierno, sin la figura tutelar del expresidente Lula en portada y con aperturas hacia el centro, a diez días de la segunda vuelta de las presidenciales en Brasil que se le presentan claramente desfavorables.

Los principales cambios conciernen a la política de seguridad, caballo de batalla del ultraderechista Jair Bolsonaro, favorito en las encuestas, así como a la política antidrogas y al radio de actividades del Banco Central.

La antigua versión del programa de Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), llamaba a “invertir en una gestión penitenciaria, a fin de promover la reintegración social” y abogaba por una “reforma de la legislación que reserve la privación de la libertad a conductas violentas y promueva la eficacia de las alternativas penales”.

En la nueva versión aparece la figura del “criminal”, en cinco oportunidades. En una de ellas, afirma que la función de las cárceles es “en primer lugar, sacar al criminal violento de circulación”.

En otra ocasión, afirma: “Perseguiremos la meta de desarmar a los criminales y de equipar mejor a la policía, para que el Estado cumpla con su deber de garantizar la seguridad pública”.

Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL), propone flexibilizar el porte de armas, en un país donde en 2017 se registraron casi 64.000 homicidios.

En materia de drogas, el programa anterior llamaba a “examinar atentamente las experiencias internacionales, que ya muestran resultados positivos, de despenalización y regulación del comercio” de estupefacientes.

La nueva versión pide “examinar atentamente las experiencias internacionales de política de drogas”.

En temas económicos, el principal cambio está relacionado con el papel del Banco Central.

El programa anterior decía que la institución emisora “reforzará el control de la inflación y asumirá también un compromiso con el empleo”.

El nuevo programa indica que “el Banco Central mantendrá su autonomía y su mandato de controlar la inflación, permaneciendo atento a temas como la estabilidad del sistema financiero y el nivel de empleo”.

Mantiene en cambio su promesa de “suspender la política de privatizaciones” del gobierno de Michel Temer, de revocar las medidas de ajuste y de imponer “gravámenes sobre lucros y dividendos”.

Lula 55 veces

Uno de los cambios más llamativos se da en la primera página del programa, donde se ve a Haddad junto a su compañera de fórmula Manuela D’Ávila (del Partido Comunista do Brasil, PCdoB), ya sin la escolta del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, el líder histórico de la izquierda, que purga una pena de 12 años de cárcel por corrupción y lavado de dinero.

La base roja de la portada desapareció también en la nueva versión.

El nombre de Lula aparece sin embargo mencionado en 55 oportunidades, apenas cinco menos que en la versión anterior.

Haddad no ha tenido suerte hasta el momento en sus tentativas de formar un “Frente democrático” para impedir la llegada al poder de Bolsonaro, un diputado conocido por sus declaraciones racistas, misóginas y homófobas y por su defensa de la dictadura militar (1964-1985) y sus métodos de tortura.

El centroizquierista Ciro Gomes, tercero en la primera vuelta, le dio su “apoyo crítico” y se abstuvo hasta el momento de participar en la campaña. Su hermano Cid Gomes, reelecto senador, participó en un mitin el lunes para augurar que el PT va a “perder las elecciones, porque hizo muchas tonterías” en los trece años que estuvo en el poder (2003-2016).

La última encuesta Ibope da a Bolsonaro ampliamente ganador, con 59% de intenciones de voto, frente a 41% para Haddad.