El pasado 11 de julio, tras una violenta batalla que dejó 300 muertos, las fuerzas del gobierno de Sudán del Sur, derrotaron a los rebeldes en la capital Juba y tras expulsar a Riek Machar al Congo, comenzaron una “celebración”.
Según cuenta Jason Patinkin, reportero de la Associated Press, ese día las “celebraciones” se extendieron por tres días, que incluyeron saqueos, violaciones masivas y asesinatos, mientras los perros se comían a los cadáveres, consigna diario El Mundo de España.
“Si no tienes sexo conmigo haré que cada uno de mis compañeros te viole y luego te dispararemos en la cabeza”, fue la amenaza que realizó un soldado sursudanés contra una cooperante de la ONU, mientras apuntaba con un AK-47 a su cabeza en el Hotel Terrain, que fungía como centro de operaciones para donaciones y ayuda humanitaria.
Ese día, la mujer amenazada fue violada por al menos 15 hombres, una situación que no fue sorpresiva pues los mismo cooperantes habían informado sobre el acoso del que eran víctimas por parte de militares de ambos bandos en las calles de Juba.
Pero el 11 de julio, la situación de tornó más crítica, una vez que las fuerzas ingresaron al lugar, por lo que los cooperantes se encerraron en un salón conocido como “sala del pánico”, un espacio típico de edificios protegidos diplomáticamente, que está blindado y con guarniciones para casos de emergencias.
Una vez que lograron entrar a la “sala del pánico”, los soldados habrían sometido a diferentes torturas a los hombres, incluso mataron a un periodista sudanés, además eran obligados a ver como 5 de sus compañeras eran violadas de forma masiva.
Cascos azules
El hecho provocó una fuerte controversia con los cascos azules, pues tanto los cooperantes como desde la embajada de Estados Unidos solicitaron apoyo a las Fuerzas de Paz de la ONU, quienes nunca acudieron al recinto.
Finalmente, un grupo de seguridad militar privada fue hasta el lugar y prestó ayuda a las víctimas, logrando sacar a las mujeres del edificio.
Además de atacar a las mujeres, en los saqueos llevados a cabo también los soldados de Sudán del Sur robaron almacenes del Programa Mundial de Alimentos, llevándose comida y otros productos por un valor cercano a los 23 millones de euros.