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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El Etiquetado de Eficiencia Energética, EEE, es clave para conocer cuáles artefactos son eficientes en el uso de la electricidad. Este sistema, implementado en 2007, clasifica productos según su eficiencia energética, con letras de la A (más eficiente) a la G (menos eficiente). Al respecto, el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) realizó un estudio que reveló que el 90% de los encuestados valora la presencia de la etiqueta en electrodomésticos, aunque hay cierto desconocimiento sobre qué productos la poseen. La mayoría entiende la información de la etiqueta, pero algunos consideran que no es suficiente para tomar decisiones informadas de compra, y también un porcentaje importante afirmó tener dificultades para explicar qué implica la EEE.

En tiempos donde la luz se ha encarecido de forma considerable, todo mecanismo o producto que entregue mejor eficiencia en el consumo de energía se traduce en una menor carga al bolsillo. En este sentido, es importante el Etiquetado de Eficiencia Energética, o EEE.

Se trata de un programa implementado en 2007, reconocible en su mayoría por el gráfico de barras de distintos colores, usualmente con letras entre la A (verde) y la G (roja), siendo las primeras más eficientes en el uso de la energía y las últimas menos eficientes.

Con todo, más allá de las ampolletas, refrigeradores o televisores, su uso se extiende a vehículos y también a viviendas, entre otros.

Conadecus | Ministerio de Energía

Ahora bien, desde el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), salieron a realizar un estudio para conocer si las personas efectivamente se fijan en esto al momento de comprar.

En este sentido, revelaron que si bien esto es clave para la decisión de compra de la mayoría de personas, también hay un grado de desconocimiento sobre qué productos tienen la EEE, mientras que una amplia cantidad de gente no logra comprender bien lo que significa la etiqueta.

Etiquetado de Eficiencia Energética (EEE)

El informe, denominado “Percepción del Etiquetado de Eficiencia Energética: Influencia en las Decisiones de Compra”, reveló que casi el 90% de los 442 encuestados piensa que es “muy importante” la presencia de la EEE en los electrodomésticos.

Al buscar identificar cuáles productos tienen el sticker y cuáles no, el 94,8% nombró los refrigeradores; un 69,8% televisores y un 60,6% ampolletas.

Por el contrario, solo un 11,1% reconoció que las estufas de pellet o leña también pueden tener esta información, a la vez que un 54% cree “erróneamente” que los hervidores tienen la EEE.

Y en temas de contenido, la mayoría señaló el “consumo de energía del producto” (82,1%), seguido de la clasificación de eficiencia energética (79,5%). En el otro lado, los datos menos identificados fueron la información de marca y fabricante (13,2%) y el tamaño o capacidad del producto (11,3%).

Problemas en la comprensión de información

En teoría, uno de los objetivos en la implementación de estas etiquetas es que su contenido sea de fácil comprensión.

Esto también fue parte del análisis del Sernac, arrojando que un 65,1% de los encuestados considera que, efectivamente, la información es clara o muy clara.

Ahora bien, un 63,4% confirma que entiende “algunas cosas” del Etiquetado de Eficiencia Energética, un 26,2% que entiende “completamente”, mientras que un 44% queda en la “incertidumbre” en cuanto a la seguridad para explicar los contenidos.

Para el Sernac, “la incapacidad para explicar es un posible reflejo de que el conocimiento no es suficientemente profundo”, agregando que los problemas abarcan desde “la dificultad para comprender los elementos básicos hasta la percepción de que la etiqueta no ofrece suficiente contexto o explicación para facilitar su comprensión”.

“La mayoría de los encuestados (56,8%) percibe que la información proporcionada por la etiqueta de eficiencia energética es insuficiente para tomar una decisión de compra verdaderamente informada”, agregaron.

Con todo, más del 90% de encuestados por el Servicio dijo que la eficiencia energética influye en su decisión de compra; con el 80% poniendo este factor por delante del precio, aunque también un 36,3% se mostró dispuesto a pagar más por un producto eficiente.

Por último, aunque un 34,9% revela que no sabe o no ha “anotado” si ve un verdadero ahorro de la energía, el 38% confiesa que siente “confianza” en la EEE aunque no comprenda todo lo que significa; un 22,4% presenta “grandes dificultades” para interpretarla (“confundido”), mientras que un 15% realiza compras con “convicciones éticas y medioambientales” y un 12,2% prefiere un “análisis detenido” antes de comprar.