Desde el gobierno ruso indicaron que están creando mecanismos de comercio que "no estén controlados" por Occidente y reiteraron que están en un proceso desdolarización. Agregaron que Estados Unidos "está llevando a la quiebra a sus vasallos europeos".

El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, afirmó hoy que las empresas europeas han perdido 250.000 millones de euros en el último año y medio por las sanciones occidentales impuestas a Rusia.

“En el último año y medio, según estimaciones muy conservadoras, las empresas europeas han perdido hasta 250.000 millones de euros debido a las sanciones unilaterales occidentales, una cifra considerable”, afirmó en una reunión con embajadores sobre la guerra en Ucrania, según la agencia oficial TASS.

Lavrov sostuvo que las sanciones impuestas contra Rusia no desaparecerán en un futuro previsible, ya que, aseveró, “Occidente decidió destruir la economía mundial en aras de dar a Rusia una lección, de no permitir que Rusia desempeñe un papel en un ámbito internacional que se ajuste a su historia, su tamaño y sus capacidades”.

“Entendemos perfectamente que las sanciones impuestas contra nosotros en el futuro previsible, e incluso en el futuro lejano, no desaparecerán, así lo afirman sus autores”, dijo, al tiempo que aseguró que Rusia está creando mecanismos de comercio que “no esté controlado” por Occidente y pretende apoyarse “únicamente en sí mismo” en sectores críticos de la economía.

Lavrov reiteró que el proceso de desdolarización cobrará cada vez más impulso en el mundo.

“Se está registrando una caída gradual y constante de la participación del dólar y del euro (…). Los procesos de desdolarización cobrarán cada vez más impulso”, aseguró.

El jefe de la diplomacia rusa sostuvo que en este proceso “de transición hacia las monedas nacionales están involucradas las economías más grandes: China, la India, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Brasil, Arabia Saudita, Argentina, Kenia y Egipto”.

El ministro también opinó que Estados Unidos “está llevando a la quiebra a sus vasallos europeos” al obligarlos a abandonar todo lo ruso, incluido el gas, al tiempo que “continúa comprando uranio y materiales críticos a Rusia”.