La desigualdad en el progreso económico de China, prosigue la institución financiera, se extiende al campo de las reformas estructurales, que son consideradas un "requisito para la transición de China a un crecimiento de alta calidad, un crecimiento verde, inclusivo y equilibrado".
La recuperación de la economía de China tras el impacto de la covid avanza pero todavía sigue siendo “desequilibrada” y se enfrenta a una inercia de ralentización, indicó hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su última evaluación sobre el gigante asiático.
Tras culminar una ronda de consultas con las autoridades chinas, la institución elogió las “fuertes y rápidas” acciones que éstas tomaron ante la pandemia, incluyendo la alta tasa de vacunación, pero advirtió de los factores que han ralentizado el progreso de la ecuperación.
Entre ellos, citó la rápida retirada de las políticas de apoyo y la lenta recuperación del consumo en el marco de los reiterados rebrotes de la covid.
“La política fiscal se tornó fuertemente contractiva a principios de 2021. Esto que refleja que los legisladores se enfocaron más en el desapalancamiento que en la recuperación”, explicó en un comunicado el FMI.
El organismo apunta específicamente a una bajada de la inversión pública aunque reconoce ciertas medidas de apoyo en forma de recortes de impuestos para pymes.
Acerca de esto, el Fondo cree que no ha habido apenas progresos en áreas de reforma como la de las empresas de titularidad pública o la neutralidad en la competencia entre éstas y las firmas privadas.
A esto se suma la campaña reguladora de Pekín, centrada principalmente en el sector digital, que “pese a que busque aumentar la competencia, la privacidad del consumidor y reforzar la gobernanza de los datos, ha incrementado la incertidumbre política”.
Incertidumbre ante la economía de China
De hecho, esta citada incertidumbre “se ha elevado todavía más” por lo que el FMI califica de “tensión financiera” para las promotoras inmobiliarias.
Estas empresas atraviesan una crisis de liquidez debido a las restricciones a la financiación bancaria impuestas por Pekín a los más endeudadas.
Entre estas marcas destaca Evergrande y su pasivo de más de 300.000 millones de dólares.
Al respecto de esta compañía y de la situación general en el sector, el organismo cree que “a corto plazo, las autoridades tienen margen (de maniobra) para políticas y herramientas que limiten un contagio desordenado al sector financiero, y para minimizar cualquier impacto adverso en la economía”.
Sin embargo, más a largo plazo, la recomendación pasa por “reformas estructurales profundas” para afrontar los “riesgos” del mercado inmobiliario chino.
Tras la evaluación, el FMI proyecta para la economía de China un crecimiento de un 4,8 % en 2022, que supondría una importante caída frente al 8,1 % que, según los datos oficiales, avanzó el año anterior, aunque también hay que tener en cuenta los efectos de la base comparativa.
Asimismo, en este año los pronósticos del Fondo pasan por un índice de precios al consumidor (IPC) “moderado”, por debajo del 3 %.
Para los próximos ejercicios, la institución prevé que el crecimiento económico ronde en torno al 5 % anual: concretamente, un 5,2 % en 2023; un 5,1 % en 2024; un 5 % en 2025, y un 4,9 % en 2026.