Los ciberataques forman parte de la guerra moderna: en el conflicto de Rusia contra Ucrania sirven para desmoralizar y desinformar, pero también tienen un impacto en la guerra.

Fue como una guerra antes de la guerra: un día antes de que tropas rusas invadieran el territorio de Ucrania, varios sitios web gubernamentales importantes en Kiev estaban bloqueados: los sitios virtuales del Parlamento, del Gobierno, del ministerio de Asuntos Exteriores y otras instituciones estatales se vieron afectados.

Los “hackers” habían llevado a cabo los llamados ataques “DDos” (“Distributed Denial of Service”), en los que los servidores web eran inundados automáticamente con solicitudes ilegítimas, de modo que la infraestructura de los servidores se sobrecargaba y fallaba.

Ucrania responsabilizó a Moscú de ello. Además, en los ordenadores ucranianos se encontró el llamado software “wiper”, un programa malicioso que puede borrar grandes cantidades de datos sin que se note. En 2017 ya se produjo un ataque ruso a Ucrania con el software de limpieza “NotPetya”, y los daños económicos fueron enormes.

El ciberespacio como escenario secundario de la guerra

E incluso ahora que se está combatiendo en Ucrania, el ciberespacio sigue siendo un escenario secundario de la guerra.

Ucrania está movilizando no solo a sus militares, sino también a los expertos en informática del país: según la agencia de noticias Reuters, el gobierno estaba buscando voluntarios capaces de contener los ataques de los “hackers” rusos, así como de preparar sus propios ataques contra importantes infraestructuras informáticas del Kremlin.

Además, Ucrania también está recibiendo ayuda del colectivo mundial de piratas informáticos “Anonymous“, que por su parte ha declarado la guerra digital al Kremlin.

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El 26 de febrero, varios sitios web del Gobierno ruso habían quedado bloqueados, y se sospecha que los activistas de “Anonymous” están detrás de ello. La emisora estatal rt.com, considerada por Occidente como una herramienta de propaganda del Kremlin, también se vio afectada por los ciberataques.

Ataques de hackers como parte de la guerra híbrida

¿Pueden estos ataques realmente ayudar a decidir el resultado del conflicto? Los expertos en ciberseguridad lo dudan, como Sven Herpig, de la Fundación para la Nueva Responsabilidad: “Estamos hablando de un conflicto candente, donde hay explosiones y la gente muere.

“Si alguien filtra datos del ministerio de Defensa ruso, no estoy seguro de que eso sea realmente decisivo para la guerra”, continuó Herpig.

Sin embargo, está claro que Rusia está utilizando el ciberespacio para apoyar la guerra híbrida. No solo atacando infraestructuras informáticas críticas.

Al parecer, la difusión selectiva de información falsa por parte de Rusia también forma parte de ello. Incluso antes de la invasión, las operaciones cibernéticas se convirtieron en parte de la guerra psicológica moderna: “El objetivo era inquietar a la población y romper la voluntad de resistencia”, sostiene Herpig.

Posible manipulación digital de equipos de guerra

Sin embargo, en algunos casos, los ataques digitales también pueden tener un impacto muy concreto en el curso de la guerra.

Cuanto más digitalizado esté un Ejército, más espacio para ataques ofrece, en teoría. Por ejemplo, los actores rusos han intentado comprometer las aplicaciones utilizadas para controlar la artillería ucraniana.

Con tal acción, según Herpig, uno podría, por ejemplo, obtener geodatos para luego bombardear estas posiciones.

El hecho de que los hackers de Anonymous ataquen a Rusia en todo el mundo y paralicen sitios web como kreml.ru puede ser eficaz en términos de publicidad, pero el experto en informática Herpig duda que los responsables rusos se dejen atemorizar por ello y señala que también hay un peligro en el compromiso bien intencionado de los hackers: que alertarán a Rusia de antemano sobre las vulnerabilidades de seguridad a las que los servicios de inteligencia occidentales y ucranianos podrían ya haber vigilado.

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EFE

“Entonces esa vigilancia se para. Esto dificulta el trabajo de los servicios de inteligencia, lo cual es problemático“, dice Herpig.

A medida que avanza el conflicto, los expertos esperan que los ciberataques rusos se intensifiquen, para enfocarse en la desinformación.

Los incidentes del viernes podrían ser un indicio de ello. Varios diarios alemanes habían denunciado ciberataques a sus sitios web y en sus redes sociales, y sospechaban de una “campaña de desinformación prorrusa”.

¿Podría un ciberataque desencadenar una reacción de la OTAN?

Se duda que Rusia ataque también a gran escala las infraestructuras de los países de la OTAN. Porque no se puede descartar que un ciberataque también pueda ser evaluado de forma que se active el artículo 5.

“Si la operación cibernética tuviera efectos equivalentes a una operación militar, entonces una operación cibernética también activaría el Artículo 5. En ese caso, los medios utilizados son irrelevantes, lo importante es el efecto“, opina Herpig.

Sin embargo, el Ministerio del Interior alemán no ve por el momento indicios de este tipo de ciberataques contra objetivos alemanes. Pero están preparados, aseguró el domingo un portavoz del ministerio.