El escaneo del iris capta los patrones del ojo con una luz infrarroja y los almacena para identificar a las personas con un margen de error casi nulo, similar a la huella digital. Pero algunas compañías tecnológicas están recogiendo demasiados datos sensibles y por el momento no existen muchas normativas que los protejan en caso de alguna vulneración.

¿Es peligroso escanearse el iris? Bueno, esta semana causaron revuelo las alertas en Europa por una firma de criptomonedas que estaría escaneando el iris de las personas en algunos países del continente y también en Chile.

Según constató BiobioChile, la empresa Tools For Humanity, de la firma Worldcoin, escaneó al menos a 200 mil chilenos en Santiago, Concepción, Viña del Mar, Valparaíso y Curicó.

La compañía en cuestión se instala en lugares públicos y le ofrece a las personas que transitan por el lugar una compensación económica en criptomonedas —con la promesa que los usuarios las puedan monetizar— a cambio de que les dejen escanearles el iris.

Esta práctica ha sido muy cuestionada por los expertos, especialmente por la sensibilidad de los datos biométricos y el hecho de que en muchos países todavía no existe regulación al respecto.

En Chile, por ejemplo, la regulación es antigua, así lo explica Cristian Ruz, profesor de Ciencias de la Computación en la Universidad Católica, en conversación con BiobioChile.

“En general en estas situaciones es bueno ser cauto. La tecnología existe, y estoy seguro de que es bastante confiable, pero el uso y cómo se protegen los datos está bastante desregulado (o no regulado) aún”, advierte.

La ley de protección de datos personales (Ley 19.628) es de 1999. Ha tenido modificaciones, y hay otras en curso, pero cada vez que salen nuevas tecnologías, estas quedan rápidamente fuera del marco de la ley y actualizarla es bastante lento”, agrega.

¿Es peligroso escanearse el iris?

Para la seguridad de los datos personales, sí, especialmente considerando que no hay regulaciones actualizadas sobre la información biométrica de las personas.

“Hay que pensar que los datos biométricos son una forma de identificación extremadamente unipersonal, y las posibilidades de que se cometen acciones ilícitas a nombre de una persona son más altas mientras más datos privados se poseen de una persona”, señala el experto.

“Poseer los datos no necesariamente es algo dañino, pero la falta de regulación de su uso deja la puerta abierta a la incertidumbre, y si se llegan a compartir con entidades o personas que no debieran, puede haber perjuicios para la persona que los compartió“, añade.

El escaneo de iris, queda a criterio de cada persona, porque esta tecnología funciona, la cuestión es si es segura. “El llamado es a ser muy cuidadoso y explorar cómo se protegen los datos que uno entrega“, recomienda.

Si bien, Worldcoin promete que tras cumplir su objetivo de entrenamiento de escaneo —ya que el sistema funciona con una Inteligencia Artificial (IA)— los datos serán descartados, nada garantiza que así será, y de vulnerarse la información, la firma quedaría impune.

Nada hace responsable a la empresa recolectora a responder en caso de un robo de sus bases de datos, ya sea intencional o accidental, y no hay manera que la justicia o la institucionalidad los pueda obligar a tomar medidas”, puntualiza Cristian.

Criptomonedas a cambio de datos: ¿es seguro?

Por otro lado, la recompensa en criptomonedas (monedas digitales) que promete futuros ingresos, no vale la pena, dice Ruz. Nada asegura que quienes accedan a este intercambio reciban dinero después.

“Parece muy tentador poder obtener criptomonedas, y es un potencial beneficio en caso de que en el futuro esa criptomoneda tenga mucho valor”, señala. Pero en realidad “es como una promesa (como en su momento fueron las Bitcoin, cuyas primeras monedas costaban del orden de centavos)”.

“Dados los riesgos potenciales ante un ambiente desregulado, creo que el riesgo supera a los beneficios“, asegura.

Cristian por su parte, como experto en el área, dice que no se dejaría escanear el iris, al menos mientras no existan regulaciones.

“En este momento, por ningún motivo. Necesitaría un nivel de confianza suficientemente grande con la empresa, cuyo objetivo se plantea como algo bastante noble, pero siempre he considerado que centralizar mucha información en una única entidad es riesgoso”, concluye.