Parece ilógico hoy en día tener calefacción o refrigeración en el ambiente sin tener algún tipo de aire acondicionado instalado en nuestros hogares. Sin embargo, y hace cientos de años, en la antigua Persia ya se podía disfrutar de un ambiente fresco sin contaminación y totalmente rudimentario para nuestra época.
Según la información consignada por la BBC, la ciudad de Yazd en el desierto del centro de Irán ha sido, durante muchos años, la inspiración para varios ingenieros por la creatividad de su diseño.
Yazd y sus Bâdgir
La ciudad contiene unos antiguos sistemas de ingeniería, entre ellos están las estructuras de refrigeración subterránea llamadas Yakhchāl, un sistema de riego subterráneo llamado Ganats y además, una red de mensajería llamada pirradaziš.
El que más destaca entre ellos es el “receptor de viento”, o Bâdgir en persa. Estas estructuras, a menudo rectangulares, se posicionan por sobre los tejados de Yazd, lo que permite que el viento pueda ser captador por este sistema y recircular todo el aire al interior del edificio.
Este sistema se volvió indispensable para la ciudad, lo que logró hacer del caluroso desierto de Irán un lugar habitable. Si bien Yazd tiene la mayor cantidad de Bâdgir del mundo, algunos estudios señalan que es posible que se hayan originado en el antiguo Egipto.
Esta ancestral tecnología de Persia llamó la atención de académicos, arquitectos e ingenieros para ver qué aportes podría dar estos sistemas en la actualidad, donde cada año el calentamiento global nos afecta más.
¿Es rentable hoy en día?
Según la BBC, esto definitivamente podría serlo, ya que es una forma de enfriamiento rentable y ecológica ya que el aire acondicionado convencional representa una quinta parte del consumo total de electricidad a nivel mundial. Esto hace de los Bâdgir una alternativa bastante atractiva para llevar a la actualidad.
Este sistema funciona gracias a dos principales fuerzas que impulsan el aire a través y hacia abajo de las estructuras lo que permite una circulación de aire constante que mantiene la temperatura más fría.
Primero, el aire entra por las aberturas del colector de viento, la corriente baja y pasa por una serie de canales, a veces con agua subterránea que permite mayor refrigeración. Luego, el aire frío que entra al hogar permite que el aire caliente sea expulsado hacía arriba, fuera del edificio.
Según, Parham Kheirkhah Sangdeh, quien ha estudiado ampliamente la aplicación científica y la cultura circundante de los captadores de viento de Persia en la arquitectura contemporánea en la Universidad de Ilam en Irán, señaló que “los inconvenientes, como las plagas que ingresan a los conductos, la acumulación de polvo y escombros del desierto, han significado que muchos se hayan alejado de los atrapavientos tradicionales”.
Sin embargo, para que estos sistemas sean posibles de volver a ser usados, dijo Kheirkhah Sangdeh, “es necesario que haya algunos cambios en las perspectivas culturales para utilizar estas tecnologías”.
Además agregó es importante utilizar medios más ecológicos para mantenernos en el tiempo y que “la gente debe vigilar el pasado y comprender por qué la conservación de la energía es importante. Comienza reconociendo la historia cultural y la importancia de la conservación de la energía”, finalizó.
