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Astrónomos dicen estar cerca de descubrir un nuevo tipo de agujeros negros denominados "peso pluma", por ser muy ligeros en comparación a los que ya conocemos. Estos podrían haberse formado en los primeros momentos del Cosmos y estarían desafiando las teorías vigentes en torno a estos enigmáticos objetos.

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Un grupo de científicos que trabajan con el telescopio espacial Nancy Grace Roman de la NASA, anticipan un descubrimiento revolucionario. Se trata de un nuevo tipo de agujeros negros: los “featherweight”, o “peso pluma” en español, cuyo nombre alude a su ligereza.

La existencia de estos objetos, no se ha confirmado, pero los expertos creen haber observado indicios de que están allí afuera, solo que hasta ahora han escapado a nuestra detección.

Un estudio liderado por William DeRocco, investigador postdoctoral de la Universidad de California, sugiere que estos agujeros negros podrían haberse formado en los primeros momentos del cosmos, desafiando las teorías actuales. La detección de estos objetos sería un hito tanto en la astronomía como en la física de partículas.

¿Agujeros negros “peso pluma”?

Según teorizan los astrónomos, los agujeros negros “peso pluma” entrarían en la categoría de “primordiales”, por formarse poco después del Big Bang y serían aquellos de masa extremadamente baja. De hecho, son comparables a la masa de la Tierra, lo cual iría contra todo lo que hasta ahora se conoce sobre estos objetos.

Recordemos que, los agujeros negros en realidad son masivos sin excepción, ya que se forman tras el colapso de estrellas de gran tamaño, por eso la existencia de agujeros de menor masa parece descabellada.

Sin embargo, la teoría que ahora se intenta probar, dice que pudieron haberse formado durante un periodo del Universo conocido como “inflación”, que generó condiciones especiales para crear agujeros negros de menor masa.

Según el comunicado de la NASA, la inflación fue un breve lapso después del Big Bang en el que el universo experimentó una expansión extremadamente rápida y exponencial, donde el espacio-tiempo se infló enormemente a una velocidad mayor que la de la luz.

Observaciones recientes han revelado pistas de la existencia de estos agujeros negros “escurridizos” a través del efecto de microlente. Este descubrimiento sugiere que los agujeros negros primordiales podrían ser más comunes de lo que se pensaba.

El telescopio Nancy Grace Roman, con su capacidad para diferenciar entre agujeros negros primordiales y planetas rebeldes, podría ser una herramienta crucial en esta búsqueda.

Además, el descubrimiento de agujeros negros primordiales tendría ramificaciones profundas, desde la comprensión de la materia oscura hasta la formación de galaxias. Este hito marcaría un antes y un después en nuestra exploración del Cosmos.