En específico, los astrónomos utilizarán el Webb para observar el universo infrarrojo, analizar los datos recopilados y publicar artículos científicos sobre sus descubrimientos.

A principios de junio el telescopio espacial James Webb completa los últimos detalles que darían paso al comienzo de su misión: explorar el universo primitivo, la evolución de las galaxias y el ciclo de vida de las estrellas.

La NASA ya confirmó el 12 de julio de 2022, como el día en que veremos las primeras imágenes capturadas por el James Webb en todo su potencial. Estas podrían ser las fotografías más nítidas del espacio captadas en la historia, dicen los astrónomos.

“El lanzamiento de las primeras imágenes a todo color de Webb ofrecerá un momento único para que todos nos detengamos y nos maravillemos ante una vista que la humanidad nunca antes había visto”, dijo Eric Smith, científico del programa Webb en la sede de la NASA en Washington.

Según el comunicado publicado por la NASA, después de las primeras imágenes comenzarán las observaciones científicas, para las que los astrónomos se turnarán teniendo un espacio en el primer ciclo del telescopio, que consiste en la mitad del 2022.

En específico, “los astrónomos utilizarán el Webb para observar el universo infrarrojo, analizar los datos recopilados y publicar artículos científicos sobre sus descubrimientos”, dice el comunicado.

¿Cuáles serán las primeras observaciones del James Webb?

Si bien, el James Webb ya había capturado algunas imágenes de prueba, aquellas eran exactamente para probar la luz infrarroja de los espejos. Ahora, las nuevas imágenes serán a todo color, explotando todas las capacidades del telescopio.

“El primer paquete de imágenes de materiales destacará los temas científicos que inspiraron la misión y serán el foco de su trabajo: el universo primitivo, la evolución de las galaxias a través del tiempo, el ciclo de vida de las estrellas y otros mundos”, dice la NASA.

Por ahora, se han entregado detalles de algunos exoplanetas que explorará el Webb a los cuales la NASA llama “mundos rocosos” o “súper-Tierras”. Se trata del ’55 Cancri e’ cubierto de lava y el ‘LHS 3844 b’ sin aire.

Estos planetas se encuentran en un sistema solar liderado por una estrella similar al Sol y serán enfocados para “comprender la diversidad geológica de los planetas en toda la galaxia y la evolución de los planetas rocosos como la Tierra”.

Sus características son claves para el estudio porque, si bien son rocosos como la Tierra, se encuentran mucho más cerca del Sol que esta, son más calientes, el día en ellos es más corto y se cree que contienen inmensos océanos de lava.

Además, con este objetivo en la mira, los astrónomos que trabajan con el Webb esperan estrenar con éxito los espectrógrafos de alta precisión que forman parte del telescopio.