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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El primer ministro de Bulgaria, Rosen Zhelyazkov, anunció la dimisión de su gobierno tras protestas masivas por corrupción y descontento generalizado. La renuncia ocurrió justo antes de una moción de censura en el parlamento. La caída del gobierno se da en medio de tensiones por el presupuesto estatal y la entrada en circulación del euro el próximo año. Las protestas, lideradas por jóvenes, exigían la dimisión del Ejecutivo y nuevas elecciones.

Este jueves Rosen Zhelyazkov confirmó la dimisión de su gobierno en Bulgaria, luego de una serie de protestas masivas y un descontento generalizado por casos de corrupción. Había asumido el pasado 15 de enero.

La situación se dio justo antes que se votara en el parlamento una moción de censura contra la administración central.

“Hemos oído la voz de la sociedad”, afirmó el primer ministro, cuyo gobierno asumió el poder en enero y estaba formado por el conservador GERB, el Partido Socialista Búlgaro (BSP) y el populista ITN.

“No dudamos de que el Gobierno superaría la próxima moción de censura. Pero para nosotros, las decisiones del Parlamento tienen sentido cuando expresan la voluntad del pueblo soberano”, argumentó Zhelyazkov su dimisión.

La caída del Gobierno se produce poco antes de que Bulgaria ponga en circulación el euro el primero de enero y tras unas protestas que surgieron por el rechazo al primer presupuesto estatal realizado con la moneda única.

La semana pasada, el Gobierno retiró su proyecto de presupuesto para 2026, que contemplaba subidas de impuestos, cotizaciones y diversas tasas, tras las protestas y las críticas de la oposición.

Pese a la retirada del plan presupuestario, las protestas continuaron en un país que ha celebrado siete elecciones nacionales en los últimos cuatro años -las últimas en octubre de 2024- en medio de profundas divisiones políticas y sociales.

La protesta de anoche, la tercera en los últimos días convocada por el opositor partido europeísta PP-DB, reunió a numerosos jóvenes y exigió la dimisión del Ejecutivo y la convocatoria de nuevas elecciones, que serían las octavas desde 2021.

La ira de muchos manifestantes se dirigió especialmente contra el exprimer ministro Boiko Borisov, líder del GERB, y contra el oligarca Delyan Peevski -sancionado por EE.UU. y el Reino Unido por corrupción- cuyo minoritario partido DPS-Nuevo Comienzo proporciona un apoyo clave que permitía gobernar al tripartito, que no cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento.

Aunque ni Borisov ni Peevski forman parte del gabinete, ambos ejercen una influencia decisiva en la toma de decisiones del Ejecutivo de Zhelyazkov, según todos los analistas.

Numerosos politólogos búlgaros sostienen que Peevski tiene una gran influencia además en el sistema judicial, los servicios de seguridad, buena parte de los medios y otros sectores estratégicos de la economía del país más pobre de la UE.

“¡Dimisión! Fuera Peevski y Borisov del poder”, fue el lema de la marcha, que contó con una gran participación de estudiantes, que proyectaron con luz lemas como “La mafia fuera del poder” en la fachada de la sede del Gobierno.

Una encuesta publicada este jueves mostró que las protestas han erosionado el apoyo al GERB, vencedor en las últimas elecciones, y el 82 % de los encuestados reclamó un cambio en el modelo de gobierno, incluida una renovación de líderes y un sistema judicial más eficaz.

Según el más reciente índice de percepción de corrupción de la organización Transparencia Internacional (TI), Bulgaria ocupa el penúltimo lugar entre los más bajos de la UE, solo por delante de Hungría.