Cinco meses atrás, con motivo de la conmemoración de los 50 años del disco Basta, Quilapayún estrenó un single que, sin pretenderlo, vaticinó el descontento social y las manifestaciones que han marcado la contingencia local de octubre.

Se trataba de Oh Yeah: una canción de denuncia sobre las desigualdades del país y las peligrosas consecuencias que esto podría traer.

“Mi país está en la ruina / porque roban a destajo / el ladrón es el honrado / porque él hace su trabajo / se descubre al diputado / con las manos en la masa / y a los dos días lo sueltan / y jamás nada le pasa”, se escucha al inicio.

Con agudeza, humor y una fusión de ritmos latinoamericanos que incluso se cruzan con el rap, la letra de Oh Yeah lamenta abusos e injusticias, apuntando a parlamentarios, sacerdotes y empresarios por igual.

“Nosotros sabíamos que esto venía”, comenta Eduardo Carrasco a BioBioChile, líder de Quilapayún y compositor del tema. “De hecho, hay dos o tres canciones donde dijimos esto. Una de ellas es Oh Yeah, que dice exactamente lo que está pasando hoy día”, dice.

“Esta historia va directo / a que el pueblo diga basta / no más ciegos que gobiernen / no más curas pederastas / ya llegó la gente nueva / se acabó la pudridera / que el que grite, grite fuerte / las verdades verdaderas”, canta el conjunto en una de las estrofas.

Más adelante, la canción continúa: “Que se imponga en esta tierra / lo que ya grita la gente / de mentiras y de engaños / ya tenemos suficiente”. Uno de los pasajes más explícitos de la premonición, se lee exactamente después de estos versos.

“Una tromba se aproxima / no se escondan cuando estalle / el fragor del ciudadano / ¡Comenzó a llenar las calles!”, gritan todos los integrantes del grupo ya al final de la pieza.

“Eso lo hicimos hace meses, así que yo creo que los que son ciegos en esto son los políticos chilenos, que no ven nada. Y en particular, el gobierno que sigue con la misma actitud: de tratar de salvar una situación que la verdad ya naufragó”, opina Carrasco.

Quilapayún
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Para el director musical de Quilapayún, fue el deseo de cambio lo que impulsó Oh Yeah; un proceso que describe como indispensable para el futuro del país.

“Hay que cambiar el modelo económico. Hay que hacer un país más solidario, con más conciencia de lo que le importa a la gente. Estamos felices con que esto haya sucedido. Si bien es una cosa terrible, ha muerto gente y hay represión, y están los carabineros en la calle, y los milicos, si bien eso es terrible, lo que significa esto es que el país cambió y no va a retroceder”, sentencia Carrasco.

“No se va a poder llegar a lo que teníamos antes. Eso ya no es posible. Así que bueno, hay que prepararse y ver de qué manera logramos un país mejor”, agrega.

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