La novela de Miguel del Campo Zaldívar es cruda, en varios pasajes chocante, desagradable. Es una historia creíble, parece autobiográfica. Por lo mismo, La pasión de los escolares puede hacer perder -todavía más- la confianza en la humanidad…

La pasión de los escolares

Hay un suicidio, de madrugada, en medio una iglesia. Un hombre entra e irrumpe en pleno rito, con sacerdote y feligreses. La víctima, un hombre separado, con manchas de sangre, se dispara en la cabeza luego de quedar desnudo en medio del templo. En su casa, ha quedado su hijo y un compañero de éste drogados, con rastros de sangre.

El suicida es exalumno de un colegio católico. Las conjeturas, acusaciones, empiezan a circular las redes sociales. Por supuesto, surgen rumores de abusos… a los niños como al suicida, en tiempos de estudiante.

Desde el colegio contactan al protagonista, un escritor con algo de reconocimiento que está pasando un muy mal momento. Está separado, sumido en deudas, con problemas de alcohol y de jugador compulsivo. Quieren que investigue las reales causas que llevaron al suicidio a su compañero de colegio. Es un trabajo pagado. El necesita el dinero.

Entonces empieza un verdadero viaje hacia el pasado, hacia la vida de un colegio hombres donde pasaban cosas extrañas que hoy resultan inaceptables. Como masturbaciones colectivas, competencias sexuales y abusos de variados tipos.

Sordidez

La pasión de los escolares tiene pasajes, situaciones y descripciones, que resultan muy vívidas, demasiado creíbles. Incluso en detalles que a algunos -a mí, entre otros- pueden parecer insólitos, chocantes. Faltos de un mínimo de pudor, que atentan contra la dignidad y la privacidad necesaria para la integridad personal (temas generacionales, por cierto).

Es un relato que, en esas descripciones y detalles, parece real. Un relato de abusos de poder, traducido en agresiones verbales, físicas y sexuales que, pareciendo extraordinarias y brutales, se muestran como algo que, en ese colegio, era normal. O que, al menos ese grupo de estudiantes y algunos adultos, habían normalizado.

Leer la novela de Miguel del Campo genera -en mí- desagrado, incomodidad frente a la agresión, al abuso como forma de convivencia. Y los daños que ellos provocan.

Abusos

La pasión de los escolares puede servir para acercarse a temas de abusos de distinto tipo, para entender los efectos que pueden tener (que pueden ser a mediano y largo plazo) y algunas de sus dinámicas. El libro, en su desarrollo va mostrando algunas dinámicas de sometimiento y dependencia que se pueden prolongar durante muchos años, incluso durante largo tiempo ya entrados en la adultez.

El libro también muestra ciertas formas de ocultamiento, de tapar hechos graves. De pretender defender instituciones ocultado a integrantes torcidos, enfermos dañinos, incluso perversos.

La novela puede servir para reflxionar en lo poco recomendable que pueden ser los colegios que no son mixtos y las culturas machistas.

Por último, la novela es un llamado directo a despreciar la cultura eclesiástica católica (de las sectas) de ocultar, de encubrir, de proteger a cualquier costo la institución, independiente de qué tan podrida esté. Porque La pasión de los escolares habla de eso, de un colegio podrido.

La pasión de los escolares es un libro para el que se recomienda estar preparado -a nivel mental y anímico, espiritual- para leer. O dejar pasar.

La pasión de los escolares
RIL editores

La pasión de los escolares

Miguel del Campo Zaldívar
RIL editores

2021, Santiago de Chile.