El libro Un tenue aleteo está compuesto por quince cuentos breves. Cuentos que parecen reales, autobiográficos, incluso aquellos que no pueden serlo. Relatos de una agudeza, ternura, melancolía y desengaño que, aparentemente, solo puede entregar la vida y una gran capacidad de observación y síntesis. Además de una buena escritura.

Quince cuentos

La mayoría de los relatos están entrelazados. Isolde y Moncho se juntan, aparecen, se separan y desaparecen. Juntos o por separado. Así, van dando continuidad a estos relatos cargados de lluvia, frío, vacíos, soledades. De injusticias, de carencias. Algunas brutales.

Sin embargo, hay un halo de ternura. De recuerdos que “apañan”. De pequeños salvavidas para aferrarse, para seguir.

“Mira, Moncho, no le hagas caso a lo que digan los otros, lo que importa es lo que tú piensas de ti.” (pp 22)

O, incluso, puede bastar que el tío abuelo o el matón del curso lo pasaron peor.

Varios relatos de Un tenue aleteo corren el velo que oculta integrantes no desdeados de la familia o de aspectos abiertamente custionables de algunos de sus referentes.

El relato Un tenue aleteo -uno de los pocos cuentos autónomos del libro- quizás entrega una de las claves para entrar a este libro (llevo de fisuras, de ventanitas, de pasadizos por donde colarse). Y está en la pregunta:

“¿cuál es la diferencia entre un ser humano y una mariposa?” (pp 68)

La pregunta tiene implícita la interrogante inversa: ¿Qué tienen en común los humanos y las mariposas? Y tal vez esa es la búsqueda que Dionisio Seissus hace a través de estos cuentos rotundos, amables, que atrapan pero no asfixian.

Son cuentos que parecen escritos “cuando todavía no sabía mentir como lo hace cualquier ser humano común.” (PP 43).

Pareciera que Seissus buscara en sus recuerdos, en sus vivencias. Así de creíbles, de inmersivos son sus relatos. Así la búsqueda de hechos, vivencias, de imágenes, de trizaduras. De ausencias, abandonos, de olvidos.

Dionisio Seissus (Punta Arenas, 1962), en sus relatos, no reprime la frustración, la rabia:

“Lo único que aprendí con el Chancho Mejías fue a hacerme invisible.” (pp 19)

Pero no deja de lado la ternura, los momentos de acogida, de comprensión.

“Al final, la misma sociedad de beneficencia que le dio abrigo y dos comidas diarias de niño le pagó un escuálido nicho en el cementerio de la ciudad. A los meses del entierro, sus amigas las putas pagaron una placa sencilla con su nombre, sin fechas ni versículos de la Biblia.” (pp 62)

Un tenue aleteo es un libro breve y contundente, muy bien escrito. Que atrapa no por el exceso de estímulos, de acción, sino por la calidad de los relatos, la profundidad de las observaciones, de los detalles necesarios, precisos. Donde nada sobra.

Muy buen libro. De esos que se guardan, se recomiendan, se atesoran.

Portada de Un tenue aleteo
RIL editores

Un tenue aleteo

Dionisio Seissus
RIL editores
Julio de 2022, Santiago de Chile.