Luego de adelantar el nacimiento de Escenix, Patricia Rivadeneira (1964) quiere darle el soplo de vitalidad que requiere esta plataforma virtual, dedicada al teatro chileno actual y de ayer.

Por Leopoldo Pulgar Ibarra

Patricia Rivadeneira desea que una obra teatral pueda, por así decirlo, vivir eternamente y estar a la mano de las generaciones venideras, de manera fácil y artística, mediante una suscripción pagada.

En el menú de la plataforma, que codirige con Esteban Larraín y financiada con recursos propios y un proyecto Corfo, figuran títulos actuales (grabados con público y a cuatro o cinco cámaras) y obras de décadas pasadas (Ictus, Aleph).

Por la vía del desafío, de alguna manera Escenix conecta pasado y presente de Patricia Rivadeneira (1964), actriz con una dilatada trayectoria en la performance, el teatro, el cine y la televisión.

En Chile e Italia participó en obras como “Antígona” (1991, multimedia de Vicente Ruiz, junto a Los Prisioneros), “El coordinador” (1993, cia. El Bufón Negro), “Un’Altra Fame (2007) y, más recientemente, en “La contadora de película” (2013), “Xuárez” (2015) y “Réplica” (2018).

Figuran también las performances del Museo de Bellas Artes (1992, crucificada semidesnuda y envuelta en una bandera) y “Chilena Dignidad” (1993), dos hitos controvertidos en la extensa trayectoria de Patricia Rivadeneira.

Patricia Rivadeneira (c)
Patricia Rivadeneira (c)

De lo concreto a lo virtual

¿Con esta plataforma buscas sólo un registro documental?

Nuestro objetivo no es sólo registrar una obra, sino que el espectador tenga una experiencia distinta al ver teatro, registrado con varias cámaras, en una plataforma audiovisual.

“Sabemos que el teatro es efímero y muchas veces las obras se ensayan meses para estar en cartelera treinta funciones… y para la casa. En la actualidad, por la pandemia, la gente se queda en sus casas.

“Esta plataforma pretende poner a disposición de todo el mundo montajes que han tenido su recorrido por las salas y que sea, al mismo tiempo, una forma de generar ingresos para los creadores escénicos.

“Y que este archivo de calidad superior llegue a las personas y a todo tipo de instituciones: adultos mayores, mujeres, jóvenes, universidades, escuelas, hospitales”.

¿Qué gana y pierde el teatro al verlo en este formato?

No está el rito sagrado del encuentro del público con la obra en vivo… pero sé que los nietos verán el trabajo de sus antepasados, se podrá profundizar en una pieza que gustó, conocer algo más de los creadores, además de ayudar a generar audiencia”.

Patricia Rivadeneira (c)
Patricia Rivadeneira (c)

Entornos sociales

¿Cómo enfrentas profesional y anímicamente la cuarentena?

No he dejado de trabajar para la plataforma, en contacto con salas de teatro, compañías… Queremos hacer ‘El rey se muere’, de Ionesco, con actores, dramaturgos, músicos, etc., una especie de juego: a cada uno se le entregará un fragmento de la obra y ellos nos enviarán sus grabaciones: veremos cómo son nuestros procesos creativos privados… También habrá algo en streaming live. Hay que desarrollar la creatividad durante la cuarentena y la pandemia”.

¿Y en lo más personal?

Estoy golpeada, pareciera que nunca saldremos de esta pesadilla, un sistema que nos tiene de rodillas… Estamos totalmente sin preparación para enfrentar lo que pasa.

“Hay un sistema de control único que puede determinar la muerte como seres humanos: todos en sus casas, controlados, porque hay riesgo de morir”.

¿Que te sugiere hoy el concepto “vanguardia”?

“No había reflexionado sobre esto… Hoy las tendencias son más académicas. En los años nuestros en la vanguardia estaba la gente exonerada de las universidades, ligadas al rock y al punk…

“En realidad, nos importaba un pepino lo que pensaba la academia… Hoy el actor tiene que ser de escuela, que se debe estar en tal o cual festival … Nosotros no éramos así… ¡Ni ahora sé si estudiaron o no!”

¿Hace falta algo así?

“Creo que sí, un poco. Respeto el teatro joven de ahora, pero sí me gusta la idea de que haya un poquito más de ligereza… algo menos académico, donde haya un riesgo emotivo, emocional…

“No hago mayores juicios, porque de grande me ha gustado trabajar en grupos distintos a los de mi juventud: me gusta aprender y experimentar cosas nuevas. No me quedé pegada”.

¿Cómo recuerdas a tu compañía El Bufón Negro (Alejandro Goic, director; Benjamín Galemiri, dramaturgo) y a Vicente Ruiz y la performance…

Gran dupla Goic-Galemiri: aportaban ligereza, humor, reflexión… Con Vicente Ruiz somos muy cercanos: estamos trabajando en una película sobre nosotros, un documental que busca rescatar lo que Vicente ha hecho… Es una experiencia bien loca”.