Hoy debutó en Fox Premium Berko: el arte de callar, una mini serie con elenco internacional e historia local que en 4 capítulos mostrará pasajes desconocidos de la transición chilena a la democracia, como el misterioso asesinato del periodista Jonathan Moyle, el tráfico de armas, el rol de Pinochet en la política y las presiones del Ejército tras la dictadura militar.
En la trama, Benjamín Vicuña es Ricardo “Berko” Berkowitz, un periodista adicto a las drogas que se ve envuelto en una trama política que lo lleva a reencontrarse con su oficio, en medio de un Chile noventero con beepers, máquinas de escribir, autocensura y una endeble estabilidad social.
¿Nos va a dar vergüenza nuestra transición cuando los extranjeros vean esta serie? La pregunta es de BioBioChile y la respuesta es del mismo Vicuña: “No, para nada. La gente va a tener la posibilidad de conocer más de nuestro pasado reciente, de conocer estas ‘anecdotas’ que parecen malos chistes pero que son reales, como el asesinato de Jonathan Moyle a 50 metros de La Moneda”.
La serie es una adaptación de El Arte de Callar, novela del escritor local Roberto Brodsky, y está coprotagonizada por Daniela Ramírez (una escort que ayudará a Berko en su investigación). El elenco lo completan la colombiana Angie Cepeda, la española Goya Toledo, el estadounidense Benjamín Westfall, el argentino Luis Ziembrowski y los locales Alejandro Goic, Daniel Muñoz, Claudia Celedón y Roberto Farías,
“Tenemos más cosas para enorgullecernos. Si bien tuvimos una transición compleja, también fue reconocida como exitosa. Nos estamos metiendo en las patas de los caballos (con esta mini serie) y denunciando cosas que el mundo no supo, como el rol activo que tuvo Pinochet en esa transición”, cuenta Vicuña sobre una de las producciones más políticas e incorrectas de su carrera, para la cual tuvo que subir 8 kilogramos de peso.
La trama se sostiene en uno de los momentos más enigmáticos de la transición: la muerte de Moyle en 1990, editor de la revista Defence Helicopter World. “Sin ir más lejos, yo, chileno, 40 años, escuché la historia parcial (en los noventa). Estas micro historias o anécdotas, eran algo que nunca supe o conocí hasta encontrarme con la novela e investigar”.
(P): ¿Por qué crees que estas historias permanecieron “ocultas” tanto tiempo?
(R): Como esta, hay miles de historias así. Creo que estuvo oculta porque son verdades incomodas, son verdades que incomodan a muchas personas porque hay intereses creados, y hasta el día de hoy generan ruido, como el tráfico de armas, la trata de blancas, el rol que tuvo Pinochet en la transición, el periodismo, la política, el estado. Tener la valentía de animarse a contarlo con licencias artísticas y guiños a la novela, ya me parece valiente e importante.
(P): ¿Por que al público joven y millenial podría interesarle esta historia del contenido Chile de los 90?
(T): Es interesante revelar o iluminar ciertas zonas que incomodan de nuestro pasado reciente. Es una manera de enfrentar el futuro también. De quererse, de reencontrarse, de seguir cultivando nuestra cultura, que es el espíritu del país. Y en ese sentido, la TV y el cine tienen una misión que es revisar nuestras historias.
(P): ¿De ese Chile autorcensurado, crees que queda algo en la sociedad actual?
(R) Más de lo que quisiéramos.
