“Me dijiste que te filmara, que no dejara de hacerlo” dice Joanna Reposi Garibaldi, la directora y guionista del documental en un par de ocasiones. Y es eso lo que hace y se transforma en este documental que, a cuatro años de su muerte, muestra a Pedro Lemebel en diversas dimensiones, ambientes y escenarios.

Pero sobre todo entrega un aspecto más íntimo, personal, rememorando con la certeza de la muerte vecina.

Lemebel es un documental brillante y triste a la vez, un recorrido que se toma el tiempo para detenerse en escenas largas para tratar de captar a este “artista, pobre y homosexual” que tuvo “¡Esa obsesión por decir algo!”.

Pedro Lemebel luchó contra muchos estigmas (pobre, homosexual, deslenguado, etc): “¡Nadie quería a un marica entre sus filas!”

Lemebel, Miradoc (c)
Lemebel, Miradoc (c)

Mi mami…

“La infancia siempre es una pérdida. Quizás es por la felicidad o por la idealización” afirma Lemebel.

Sostiene que “nunca tuve una represión de parte de mi padre a mi homosexualidad”, y recuerda su origen, sus escasos estudios, su militancia socialista.

Pero su verdadero sostén emocional fue su madre: “Mi mami, mi mami, mi mami… Mi mamita”.

“Qué terrible cuando muere la madre. Lo que más extraña es la voz, porque es la primera que uno escuchó en su vientre”, dice.

Después de la muerte de su madre, algunos pensaron que se suicidaría, o caería en una depresión profunda.

“¿Qué queda de tí al final?, de un cuerpo agredido, golpeado, en un cuerpo traje, reprimido… un cuerpo político es eso, desgarrado”

Lemebel, Miradoc (c)
Lemebel, Miradoc (c)

Doble final

A los 77 minutos de documental, da la impresión que éste termina… pero continúa.

Es cuando se le diagnostica cáncer. Entonces vienen unos minutos de despedida de Pedro Lemebel (1952-2015).

Lemebel es un muy buen documental, aunque caiga en ciertos momentos en lugares comunes, en contenidos fáciles. Pero el material de archivos,y en especial las escenas más privadas, en las que aparecen sus primeras fotos y su familia, le dan una densidad que atrapa.

Además del trabajo de Joanna Reposi en el guión y dirección, vale destacar a Titi Viera-Gallo en el montaje y a Niles Atallah en la dirección de fotografía, grandes aportes ambos.

En relación a la música, de Camilo Salinas (que ha hecho grandes trabajos), tengo mis dudas respecto a su carga melancólica, casi mortuoria, a generar una tensión que parece excesiva.

Un documental para ver con tiempo, con mente abierta, con los sentidos abiertos.

Lemebel se estrenará el 5 de septiembre en el circuito de salas de Miradoc