El fin de semana recién pasado, la chilena Carolina Gárate publicó un video en YouTube donde denunció la “difusión de imágenes sexualizadas a alumnos de Tercero Básico” a través de un libro patrocinado por el Ministerio de Educación y el Instituto Chileno de Seguridad, donde se analizan diversas y célebres obras de arte.
Se trata del libro Detectives en el museo: Descubriendo misterios en la pintura, donde un grupo de estudiantes recorre un museo analizando destacadas piezas de la historia del arte, “revelando cómo la pintura posee increíbles misterios que nos permiten entenderla”, tal como se lee en su descripción.
El problema para Gárate radica, en específico, en la reproducción repetitiva (“ocho veces”, afirma) de una pintura que, a su juicio, no es apta para los menores de edad. Hablamos de El Jardín de las Delicias del pintor holandés Jheronimus Bosch (más conocido como El Bosco): obra fundamental del 1500 considerada una de las más importantes del arte pictórico, tanto por su complejidad como por los destalles y misterios que esconde.
“Las imágenes son fuertísimas para niños de Tercero Básico. Si ustedes se fijan, esta imagen, a simple vista es una imagen muy sexualizada”, afirma Gárate en el video. “(Aquí) podemos ver cómo un hombre de rodillas le pone un ramillete de flores en el trasero (a otro)… Si nos vamos más acá arriba, vemos incluso grupos de gente desnuda”, agrega, y luego detalla otras situaciones: “hombres que están teniendo sexo con animales, orgías, etc”.
El libro fue editado en 2011 durante el primer gobierno de Sebastián Piñera, sin embargo en el viral (que ya supera las 200 mil reproducciones en Facebook) la apoderada responsabiliza a Michelle Bachelet por su difusión.
“No soy experta en arte, el arte ni siquiera me llama mucho la atención, pero creo que estas imágenes no son para niños tan pequeños”, dijo hoy en el matinal Bienvenidos la moderadora del portal de YouTube Conociendo la verdad, donde el video del análisis de El Jardín de las Delicias fue censurado por la plataforma. Hoy, sólo está disponible en Facebook y Twitter.
“¿Cómo ningún profesor se dio cuenta de eso? Me llamó mucho la atención esta imagen, porque la encontré demasiado sexualizada (…). Llama a un despertar sexual. No me parece justo que el ministerio aporte con estos libros a los colegios”, afirmó, ante un panel que difirió de su postura aunque con matices.
“Según mi perspectiva de mamá, no me parece que el estado intervenga en esta área. En niños tan pequeños, no corresponde. Veo una intencionalidad de intervenir en la sexualidad de los niños. Esta pintura está catalogada como los expertos como la más lujuriosa de la historia. Este cuadro lo que representa es la lujuria”, agregó Gárate.
La postura de Gárate encontró respaldo en la psicóloga forense y panelista del mismo matinal, Margarita Rojo: “Quiero recordar que ningún ser humano nace con todas las competencias, todos tiene que tener una madurez social y psicológica (…). Aquí vemos a un hombre que se mete un palo en su ano. ¿Es normal que lo vean los niños? ¿Que otro adulto le esté poniendo un palo en el ano a otra persona? Nosotros tenemos criterios formados, pero los niños no”, afirmó.
Cabe destacar que Gárate hizo polémica en enero pasado tras denunciar que la película Jumanji 2 también exhibía imágenes no aptas para menores. Aquella vez, el problema era que uno de los roles femeninos en la trama se convertía en hombre.
Hablan los expertos
Para Francisca Salinas, psicóloga y académica de la Universidad Diego Portales, no habría problemas con exponer a niños de Tercero Básico a obras artísticas de este tipo.
“No existe nada (bibliografía) que hable de una edad adecuada en la que los niños deban tener este tipo de experiencias artísticas”, recalca Salinas. “Sobretodo tratándose de obras clásicas. Un niño pequeño ve una obra y le puede llamar la atención una persona pilucha, pero la explicación siempre clara de un padre o un adulto puede responder cualquier duda de un alumno en ese momento”, dijo a BioBioChile.
“No van a ser dudas trascendentales, ni tan difíciles de responder. A menos que uno como adulto tenga cierto tabú con el tema, pero en general cualquier un adulto le podría responder a un niño”, aclara la académica. Para ella, en este ítem radicaría el problema.
Sobre las imágenes, concluye Salinas, “los niños debieran obviarlas en general. Quizás se sorprendan porque el cuerpo no es algo habitual para ellos. Ahora, si el profesor detecta cierta inquietud, o hay risitas y empiezan a comentar algo, el profesor debe estar atento a eso”, agregó.
