Cuba abrió la expectativa de reconocer a la pequeña empresa privada después de 48 años, tras el llamado que formuló el presidente Raúl Castro a dejar de lado los “eufemismos” dentro de la cautelosa apertura económica que impulsa.
El Partido Comunista Cubano publicó una separata con los documentos de su Séptimo Congreso, que se celebró del 17 al 19 de marzo en La Habana, mencionando la posibilidad de que “las personas naturales cubanas” puedan constituirse como:
“Empresas privadas de mediana, pequeña y micro escalas, según el volumen de la actividad y cantidad de trabajadores” y ser “reconocidas como personas jurídicas”, señala el texto sobre la “conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista”.
Dicho reconocimiento -que apenas fue evocado en un extenso documento en el que se reafirma el carácter socialista de la economía- no está sujeto a ningún plazo, y sólo podría convertirse en ley después de la aprobación en el Parlamento.
“Tenemos que seguir siendo escépticos con las leyes que nos van a regir, que hasta el momento lo que han tratado ha sido de impedir o de obstaculizar el funcionamiento de estos negocios”, dijo el miércoles a la AFP Yosvany López, de 36 años y propietario de un pequeño restaurante en La Habana.
A la luz de las reformas emprendidas por Raúl Castro desde su llegada al poder en 2008, los cubanos cuentan con la alternativa de trabajar por cuenta propia en ciertas actividades y emplear mano de obra, pero todavía bajo numerosas restricciones.
El gobierno llama oficialmente a este sector como “cuentapropismo“, pero el aumento del trabajo privado llevó al presidente Castro a plantear su reconocimiento jurídico como micro, pequeñas y medianas empresas.
“Se trata precisamente, compañeras y compañeros, de llamar a las cosas por su nombre y no refugiarnos en ilógicos eufemismos para esconder la realidad”, dijo Castro en la instalación del pasado congreso del PCC.
En ese sentido, reconoció que “el incremento del trabajo por cuenta propia y la autorización de la contratación de fuerza de trabajo ha conllevado en la práctica a la existencia de medianas, pequeñas y microempresas privadas que hoy funcionan sin la debida personalidad jurídica”.
Sin embargo, todavía es incierto el impacto económico que podría tener esta reforma, en caso de que se concrete, o sus implicaciones legales en un sector sobre el que no hay datos sobre el número de personas que emplea o los recursos que mueve.
Cuba nacionalizó en 1968 las pequeñas y medianas industrias privadas, tras casi una década del triunfo de la revolución socialista de Fidel Castro.