El Instituto de Salud Pública cambió a categoría de cosméticos los repelentes contra mosquitos. La modificación facilitará su acceso, ya que podrán ser vendidos fuera de un recinto farmacéutico.

El uso de repelentes de insectos es una práctica cada vez más frecuente en la población nacional. Debido a esto, el Comité de Expertos Asesor en Régimen de Control Aplicable del ISP, categorizó a los productos usados como repelentes de insectos de uso tópico, como un producto cosmético.

Lo más importante de este cambio es que el acceso será mayor, ya que al ser cosmético se podrá vender en cualquier tipo de tienda y no sólo farmacia, aspecto que restringía la distribución.

El cambio se realizó con el fin de armonizar la regulación con otros países latinoamericanos y para velar por el buen uso de este tipo de productos.

Se considera repelente de insectos de uso tópico, aquellos preparados para insectos artrópodos, cuyo mecanismo de acción se basa en alterar su sistema de detección de sangre, mediante compuestos aromáticos.

Todos los repelentes de insectos deben contar con registro sanitario de cosmético otorgado por el ISP, previo a su distribución. Estos deberán estar formulados con ingredientes permitidos y reconocidos como seguros para su uso en humanos, y los ingredientes activos usados en la formulación deben encontrarse en el listado de ingredientes permitidos internacionalmente.

Entre sus ingredientes se encuentra la icaridina también conocida como Picaridin, aunque el ingrediente de mayor frecuencia de uso es el DEET o Dietiltoluamida, internacionalmente reconocido como seguro y eficaz para ser usado en todo público, hasta una concentración de 30%.

Desde hace más de 40 años que es usado con esta finalidad en personas de todo el mundo, para repeler mosquitos, garrapatas, pulgas y moscas.

La finalidad de uso es repeler insectos en el ser humano, manteniendo la integridad de la piel y que su clasificación es como producto cosmético en la Comunidad Andina, Mercosur y países participantes de Alianza Pacífico.

Los repelentes contra insectos pueden reducir el riesgo de picadas de mosquitos y garrapatas, y deben ser usados con precaución.

Los mosquitos y otros insectos voladores que se alimentan de sangre son atraídos para hospedarse por olores del cuerpo humano. El DEET y otros repelentes confunden al insecto para que éste no pueda aterrizar en el cuerpo y picar al hospedador.

Los repelentes son efectivos solo a cortas distancias de la superficie tratada, razón por la que el usuario puede seguir viendo mosquitos volando de cerca.

Recomendaciones de uso

-Lea y siga las instrucciones de la etiqueta y evite el uso excesivo y múltiples aplicaciones (los productos con DEET repelen mosquitos por varias horas, lo que va a depender de la concentración, por eso no es necesario reaplicar el repelente más frecuentemente de lo necesario).
-Use solo suficiente repelente para cubrir la piel expuesta y la ropa, y nunca aplicar debajo de la ropa (para asegurarse de que usted no es alérgico al repelente, es recomendable aplicar el producto en una zona pequeña de la piel en su brazo o pierna antes de usar en el resto del cuerpo).
-Nunca rocíe directamente en la cara; rocíe el repelente en las manos y solo entonces aplíquelo a la cara. Evite áreas sensitivas como los ojos, boca, o membranas nasales.
-No lo aplique en las cortaduras, heridas o piel irritada.
-No rocíe productos que contienen DEET en áreas cerradas.
-No se recomienda usar repelente en menores de 2 meses de edad.
-Para usar repelente en niños, aplíquelo a sus propias manos, luego frótelas y sólo entonces aplique a su niño.
-Mantenga los repelentes fuera del alcance de los niños.