Pasadas las 14:00 horas del lunes se activó la alarma de la Central de Bomberos de Punta Arenas, despachando una unidad de la Octava Compañía hasta la calle Ancud, en la Población Archipiélago de Chiloé, alertados por un incendio vehicular.

Un voluntario que se encontraba en las cercanías del sector, informaba que un furgón en estado de chatarra se encontraba ardiendo en su totalidad y las llamas amenazaban con propagarse a una vivienda y a aun automóvil que se encontraba estacionado en el lugar.

Los voluntarios comenzar a trabajar inmediatamente en la extinción de las llamas una vez llegaron al sector, las cuales dejaron una humareda que pudo ser percibida desde distintos sectores de la ciudad.

Luego de algunos minutos la situación pudo ser controlada, percatándose que se trataba de un furgón escolar, el cual estaba en calidad de chatarra sobre la vereda frente a una vivienda.

Según señalaron vecinos, momentos antes de que se iniciara la emergencia algunos niños se encontraban jugando en el interior del vehículo, los cuales habrían originado el fuego ya que -al parecer- estaban utilizando fósforos, lo que deberá ser confirmado por las diligencias que realizarán peritos del Departamento de Estudios Técnicos de Bomberos de Punta Arenas.

Además de estar en calidad de chatarra, el furgón contenía una gran cantidad de cosas en su interior, como bicicletas y otras especies, las que ayudaron a que las llamas perduren por varios minutos hasta ser controladas por los voluntarios.

Al lugar acudió personal de Carabineros, que se entrevistó con vecinos para reunir antecedentes sobre lo que ocurrió en el sector, dando cuenta al fiscal de turno sobre el siniestro.

El furgón no contaba con seguros comprometidos y se mantenía ya hace varios años en calidad de chatarra, siendo utilizado por los niños del sector para sus juegos.

Bomberos deberá elaborar un peritaje, el cual será entregado a la Fiscalía, detallando las causas del incendio que movilizó a una unidad de la institución.

No se registraron lesionados entre los niños que jugaban en el lugar, ni en voluntarios que trabajaron para combatir las llamas.