El papa Francisco concluyó este martes con un simbólico encuentro con la familia una visita de 72 horas a Cuba y partió hacia Estados Unidos, para comenzar la etapa última de su gira por estos dos países que ayudó a reconciliar con una discreta mediación.

Francisco fue despedido en el aeropuerto de Santiago de Cuba por el presidente Raúl Castro, pero a diferencia de cuando partieron Juan Pablo II en 1998 y Benedicto XVI en 2012, no hubo discursos.

El papa argentino selló su visita con un encuentro con cubanos en la Catedral de Santiago de Cuba, en el que llamó a “cuidar” la familia, que es el antídoto contra “la fragmentación y la masificación” que convierten a los hombres en “individuos aislados fáciles de manipular y de gobernar”.

En este gran puerto al este de la isla que vio nacer la revolución cubana y no lejos de la controvertida base estadounidense de Guantánamo, el papa agradeció a los cubanos su cálida hospitalidad.

“Terminar mi visita viviendo este encuentro en familia es un motivo para dar gracias a Dios por el calor de gente que sabe recibir, que sabe acoger, que sabe hacer sentir en casa, gracias a todos los cubanos”, dijo.

Anteriormente, en una misa que ofició en el Santuario de la Caridad del Cobre, patrona nacional, destacó que los “dolores” y “penurias” sufridos por el pueblo cubano, no apagaron su fe.

El pontífice aludió al periodo en que el ateísmo fue impuesto en la isla tras la revolución cubana de 1959 -Cuba pasó a ser un Estado laico en 1992-, en que los creyentes eran mal vistos e incluso discriminados por las autoridades comunistas.

Las relaciones entre el Estado y la Iglesia se hicieron fluidas a partir de la visita de Juan Pablo II y ahora es interlocutora privilegiada del gobierno.

Washington, Nueva York y Filadelfia

Francisco, facilitador del acercamiento entre Cuba y Estados Unidos tras más de medio siglo de enemistad, que derivó en el restablecimiento de relaciones diplomáticas en julio, llegará a Washington a bordo del avión de Alitalia que lo llevó de Roma a Cuba.

En la base aérea de Andrews será recibido por el presidente Barack Obama y su esposa Michelle, una muestra de la relevancia que el mandatario otorga a la visita del jefe de la Iglesia Católica.

Obama, primer presidente negro de Estados Unidos y de confesión protestante, tiene gran simpatía por Francisco, a quien a menudo llama “papa de los pobres”.

Los medios estadounidenses, con fuerte presencia en el avión papal, le han otorgado amplios espacios al viaje papal, apoyado por el 66% de los estadounidenses.

Pero sus llamados a favor de los pobres, en contra del capitalismo salvaje y para combatir el cambio climático, también le han valido fuertes críticas entre los conservadores, los medios económicos liberales, desde Wall Street hasta el ultraconservador Tea Party, y en filas republicanas.

El hecho de que llegue proveniente de Cuba, irrita aún más a quienes tildan a este papa de marxista disfrazado o un traidor a la fe católica, demasiado flexible con la doctrina.

Fuerte seguridad

Los temas que se espera aborde el primer papa latinoamericano en Estados Unidos, especialmente el jueves ante el Congreso y el viernes en las Naciones Unidas, son altamente explosivos.

Entre estos figuran la protección y recepción de los inmigrantes; la defensa del medio ambiente, con un firme alegato a favor de una revolución energética radical y una desaceleración económica, según fuentes vaticanas.

Tampoco faltarán críticas a la “dictadura” de la tecnología y las finanzas, así como la denuncia de la responsabilidad de los vendedores de armas y las grandes potencias en la “tercera guerra mundial a cuotas” en curso, que denuncia sin cesar.

Su visita tendrá lugar bajo fuertes medidas de seguridad, pues el papa suele desplazarse en vehículos abiertos para estar en contacto con los fieles.

El papa estará presente en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, que recibirá a 170 líderes mundiales.

Su agenda prevé además encuentros con los más desfavorecidos de la sociedad estadounidense, entre los cuales inmigrantes, sin techo o presos.

También presidirá una ceremonia con la participación de líderes de varias religiones en el memorial del World Trade Center contra el terrorismo y a favor del respeto entre los distintos credos.

En Filadelfia presidirá el sábado y domingo el fin de un encuentro mundial de familias católicas, donde se espera la asistencia de un millón y medio de fieles. Cuando se pusieron en línea los 10.000 tickets para asistir a la misa, desaparecieron rápidamente.