El papa Francisco destacó que los “dolores” y “penurias” padecidos por el pueblo cubano no acabaron con su fe en Dios, en una misa en el Santuario de la Virgen de la Caridad, la última de su visita a la isla que culmina este martes cuando parta rumbo a Estados Unidos.

“El alma del pueblo cubano (…) fue forjada entre dolores, penurias que no lograron apagar la fe, esa fe que se mantuvo viva gracias a tantas abuelas que siguieron haciéndolo posible, en lo cotidiano del hogar, la presencia viva de Dios”, expresó el papa en su homilía en el templo más venerado de la isla, cerca de Santiago de Cuba.

El pontífice argentino aludía, aunque sin mencionarlo explícitamente, al periodo en que el ateísmo fue impuesto en la isla tras la revolución cubana de 1959, en que las autoridades comunistas miraban mal a los creyentes y los discriminaban. Cuba dejó oficialmente de ser atea en 1992 y pasó a ser laica.

Las relaciones entre el Estado y la Iglesia se hicieron fluidas a partir de la visita del papa Juan Pablo II en 1998 y ahora es interlocutor privilegiado del gobierno de Raúl Castro. “Abuelas, madres y tantos otros que con ternura y cariño dieron signos de visitación, de valentía, de fe para sus nietos, en sus familias. Mantuvieron abierta una hendija pequeña como un grano de mostaza donde el Espíritu Santo seguía acompañando el palpitar de este pueblo”, agregó Francisco.

Después de la misa en el santuario tiene previsto reunirse con familias cubanas en la catedral de Santiago, antes de bendecir la ciudad y partir rumbo a Estados Unidos desde el aeropuerto Antonio Maceo. En Santiago de Cuba, gran puerto al este de la isla que vio nacer la revolución cubana y no lejos de la controvertida base estadounidense de Guantánamo, Francisco se despedirá de las autoridades y el pueblo cubanos, que lo acogieron desde el sábado.

El pontífice argentino, que a sus 78 años resistió en Cuba un intenso calor y un programa cargado de actividades y de contacto directo con las masas, culmina su visita en pleno período de acercamiento entre Washington y La Habana.

Elogios y críticas

Francisco, que facilitó el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos tras más de medio siglo de enemistad que derivó en el restablecimiento de relaciones diplomáticas, llegará a Washington a bordo del avión de Alitalia que lo llevó de Roma a Cuba.

En la base aérea de Andrews será recibido por el presidente Barack Obama y su esposa Michelle, en una muestra de la importancia que el mandatario asigna a la visita del jefe de la Iglesia Católica. Obama, primer presidente negro de Estados Unidos y de confesión protestante, profesa gran simpatía por Francisco, a quien a menudo llama “papa de los pobres”.

Los medios estadounidenses, con fuerte presencia en el avión papal, le han otorgado mucho espacio a la cobertura del viaje de este papa apoyado por aproximadamente el 66% de los estadounidenses. Pero sus llamados a favor de los pobres, en contra del capitalismo salvaje y para combatir el cambio climático, también le han valido fuertes críticas entre los conservadores, los medios económicos liberales, desde Wall Street hasta el ultraconservador Tea Party, y en filas republicanas.

El hecho de que el papa visite EE.UU. luego de haber estado en Cuba, no hace más que irritar aún más a quienes consideran que este papa es un marxista disfrazado o un traidor a la fe católica, demasiado flexible con la doctrina.

Fuerte seguridad

Los temas que se espera aborde el primer papa latinoamericano en Estados Unidos, especialmente el jueves ante el Congreso y el viernes en las Naciones Unidas, son altamente explosivos. El papa jesuita, conocido por su habilidad y su determinación, preparó cuidadosamente los discursos que pronunciará en Washington y Nueva York.

Entre los temas a tratar, mencionados en sus escritos, figuran la protección y recepción de los inmigrantes; la defensa del medio ambiente, con un firme alegato a favor de una revolución energética radical y una desaceleración económica.

Tampoco faltarán críticas a la dictadura de la tecnología y las finanzas, así como la denuncia de la responsabilidad de los vendedores de armas y las grandes potencias en la “tercera guerra mundial en cuotas” que denuncia sin cesar.

Su visita tendrá lugar bajo fuertes medidas de seguridad, con la policía preocupada ante las dificultades de proteger a un papa que suele desplazarse en vehículos abiertos para estar en contacto con los fieles y cuya visita coincide con la Asamblea General de la ONU en Nueva York, que recibirá a 170 líderes mundiales.

Su agenda prevé encuentros con los más desfavorecidos de la sociedad estadounidense, entre los cuales están los inmigrantes, sin techo o presos. También presidirá una ceremonia con la participación de líderes de varias religiones en el sitio del World Trade Center contra el terrorismo y a favor del respeto entre los distintos credos.

En Filadelfia presidirá el sábado y domingo el fin de un encuentro mundial de familias católicas, donde se espera la asistencia de un millón y medio de fieles. Cabe mencionar cuando se pusieron en línea los 10.000 tickets para asistir a la misa, desaparecieron en 30 segundos.