Los ministros de Finanzas de la zona euro fracasaron nuevamente este jueves en su intento para que Grecia y sus acreedores alcancen un acuerdo, a sólo cinco días de la fecha límite para evitar un default de Atenas, pero las negociaciones continuarán a todos los niveles.

El futuro de Grecia fue debatido en una reunión de ministros de Finanzas de la Eurozona, pero sin acuerdo, los titulares de esta cartera decidieron suspender la reunión cuando empezaba en Bruselas una cumbre de los 28 países miembros del bloque.

“Terminó por hoy. Las instituciones (acreedoras) y Grecia continúan trabajando. El Eurogrupo se reunirá más tarde, pero no hoy”, escribió en Twitter el ministro de Finanzas finlandés, Alexander Stubb.

“La discusión continúa hoy, mañana, con el objetivo de llegar a una convergencia”, dijo por su parte el ministro griego, Yanis Varoufakis.

Un poco antes, al llegar a la cumbre, la canciller alemana, Angela Merkel, dejó claro que “aún no tenemos los progresos necesarios, incluso en ciertos aspectos tenemos la impresión de que volvieron para atrás”.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, prometió que trabajará “hasta el último minuto” para hallar una solución.

Sin embargo, algunos dirigentes, empezando por Tsipras, se mostraron confiados en que al fin haya acuerdo.

“La historia europea está llena de desacuerdos, negociaciones y luego compromisos. Por lo tanto, después de esta propuesta griega, completa, estoy confiado en que alcanzaremos un compromiso que ayudará a la zona euro y a Grecia a superar la crisis”, dijo Tsipras al llegar a la reunión.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pronosticó por su lado que “esta historia tendrá un final feliz”. “El acuerdo es posible. El acuerdo es necesario”, agregó el mandatario francés François Hollande, observando que “hay que saber terminar una negociación”.

Dos propuestas, criticadas

El mandatario francés, François Hollande, afirmó que “hay que saber terminar una negociación” subrayando “que no hay nada para ganar dejando pasar el tiempo” cuando “Grecia ya no lo tiene”.

Los ministros tenían sobre la mesa dos propuestas, una de las instituciones, que incorpora algunos elementos presentados por Atenas, y otra del gobierno griego.

Por la mañana, Tsipras, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, y el del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, no lograron alcanzar un borrador común por lo que decidieron presentar las dos versiones.

La reunión de ministros, la cuarta en una semana, duró unas tres horas, y terminó sin resultados.

“Muchos colegas no estaban de acuerdo y criticaron no sólo nuestro texto sino también el de las instituciones”, dijo el ministro griego Yanis Varoufakis.

“Los ministros estudiaron las dos propuestas pero con mucha frustración” por no tener el tiempo de analizar los documentos, explicó una fuente europea.

IVA y pensiones, dos asuntos espinosos

Los temas que bloquean siguen siendo principalmente los mismos: el nivel del IVA y las pensiones.

En sus propuestas, filtradas a la prensa, las instituciones acreedoras piden desincentivar las jubilaciones anticipadas, y llevar progresivamente la edad de jubilación a los 67 años de aquí a 2022.

Por otro lado piden unificar el IVA en un 23%, salvo para la comida, la energía y el agua (13%), libros, teatro y medicamentos (6%), eliminando además los descuentos a los habitantes de las islas.

También piden a Atenas un superávit fiscal primario (excluyendo el servicio de la deuda) del 1%, 2%, 3% y 3,5% del PIB este año y los tres próximos, respectivamente.

La negociación se había complicado ya el miércoles entre Atenas y sus acreedores (Comisión, BCE y FMI), cuando el gobierno de Tsipras rechazó las contrapropuestas presentadas por estos.

Según fuentes gubernamentales griegas, Grecia retiró en las últimas horas dos propuestas de la lista, entre ellas el aumento de la tributación de las pensiones y el copago sanitario también para los jubilados, socialmente muy impopulares después de seis años de crisis y austeridad.

Los griegos trataban de compensarlas con otras medidas financieras equivalentes.

Las propuestas griegas prevén un esfuerzo fiscal de 8.000 millones de euros en 2015 y 2016. El 93% de este monto provendría de alzas de impuestos y de cotizaciones sociales, y el resto de una reducción de gastos.

Grecia necesita un acuerdo con sus acreedores para recibir 7.200 millones de euros de su programa de rescate, bloqueados desde el verano boreal pasado por falta de consenso sobre las reformas y ajustes que piden sus acreedores.

Con ese dinero, Atenas podrá saldar al FMI el 30 de junio un pago de unos 1.500 millones de euros, que actualmente no puede efectuar por su cuenta, al tener las arcas vacías.