El Vaticano instó el viernes a cristianos y musulmanes, con motivo del comienzo del Ramadán, a “oponerse a la violencia perpetrada en nombre de la religión”, en un momento en el que los movimientos yihadistas “instrumentalizan” el islam.

El cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, expresó los deseos del conjunto de la Iglesia católica a los musulmanes del mundo entero para el mes del ayuno.

El intento de los grupos violentos de “justificar” sus crímenes es “una manifestación evidente de la instrumentalización de la religión para obtener poder y riqueza”, denunció el cardenal francés, en referencia a grupos como la organización yihadista Estado Islámico (EI), Al Qaida o Boko Haram, a los que no citó por su nombre.

Destacando que varias comunidades religiosas -cristianas y musulmanas- eran objetivos de los yihadistas, Tauran denunció los asesinatos, las destrucciones de patrimonio religioso y cultural, la emigración forzada, la violación de mujeres, “el tráfico de personas, el comercio de órganos e ¡incluso la venta de cadáveres!”.

Por la mañana, el papa Francisco recibió a Mario Zenari, nuncio en Siria, y a Ignacio Aphrem II, patriarca de la Iglesia ortodoxa siria.

Frente a las guerras y a las persecuciones de cristianos en Oriente Medio, las “potencias del mundo” parecen “incapaces de encontrar soluciones”, lamentó el papa delante de Ignacio Aphrem II.

“¡Cuánto dolor! ¡Cuántas víctimas inocentes! La sangre de los mártires es la semilla de unidad en la Iglesia”, añadió.