Aluviones, ríos desbordados, muertos, heridos, desaparecidos y gente que lo ha perdido todo, son las consecuencias de la tragedia meteorológica que azotó al norte de nuestro país.

Más allá de la recuperación física y económica de los habitantes de las zonas afectadas como Chañaral, Copiapó, Antofagasta y Tierra Amarilla, entre otras, la preocupación también se centra en cómo recuperar la salud mental, cómo podrán reponerse las personas que pasaron horas críticas.

Según explica Lucía Godoy, académica de la Facultad de Ciencias de la Rehabilitación de la U. Andrés Bello, “en estos momentos, la gente lucha por lo suyo, por su vida, sus enceres. La gente que lo perdió todo, tendrán una situación psicológica bastante complicada, en que podría caer en la rabia, frustración, desesperación y esto podría derivar en una depresión”, reflexiona.

La psicóloga además advierte que “las personas pueden tardar entre 15 días y un mes en recuperarse en lo emocional, pero hay otras que podrían demorar hasta seis meses, pasando este tiempo podría hablarse de algo patológico”, comenta la psicóloga.

“El Estado, tal como se debe preocupar de proporcionar la seguridad, albergues, atenciones médicas, preocuparse en lo que se refiere a salud física, también debe considerar la salud mental en estos casos de catástrofe”, agrega.

Respecto a los saqueos ocurridos en la tarde de ayer, la profesional explica que “el vandalismo siempre está presente en las catástrofes naturales, en todo el mundo. Quienes cometen estos hechos carecen de sentido moral, de empatía, el pensar en ponerse en el lugar del otro”.