Las fuerzas iraquíes entraron el miércoles en Tikrit, en un nuevo avance de la ofensiva lanzada hace diez días para recuperar la ciudad norteña de manos de los yihadistas, informaron oficiales del ejército.

En las últimas semanas, el grupo yihadista Estado Islámico (EI), ha sufrido duros golpes en importantes puntos del califato que proclamó a finales de junio, tras una ofensiva fulminante con la que conquistó vastos territorios en Siria e Irak.

Las fuerzas iraquíes se habían ido acercando a Tikrit en los últimos días pero rechazaban entrar en la ciudad, emprendiendo únicamente operaciones a pequeña escala a las afueras, sitiándola. En el comienzo de la ofensiva llegaron a reunirse unos 30.000 efectivos, mientra que las autoridades estiman que la ciudad es defendida por centenares de yihadistas.

Un general dijo a la AFP, bajo el anonimato, que las fuerzas del gobierno estaban luchando “para limpiar el barrio de Qadisiya” en Tikrit.

“Pudimos controlar el hospital militar de Tikrit, cercano al centro de la ciudad”, localidad natal del dictador Sadam Husein, dijo.

“Pero estamos llevando a cabo una batalla muy delicada porque no estamos enfrentándonos a combatientes sobre el terreno, sino a un terreno lleno de trampas y francotiradores. Nuestros movimientos son lentos”, agregó el oficial.

Además, afirmó que las fuerzas que entraron en Qadisiya el miércoles Incluían al ejército y la policía, así como a miembros de la fuerza de voluntarios de las Unidades Populares de Movilización.

Otras fuentes militares y políticas confirmaron que las fuerzas iraquíes habían retomado el control de una parte significativa de Qadisiya, una extensa barriada del norte de la localidad.

Por su parte la ciudad estratégica de Al Alam, en el norte de Tikrit, estaba este miércoles totalmente controlada por el gobierno, indicó un periodista de la AFP en el lugar.

Ataques en Bagdad

En paralelo a la ofensiva de este miércoles, el grupo yihadista llevó a cabo atentados coordinados contra áreas controladas por el gobierno en la ciudad de Ramadi (oeste), siete ataques suicida con coche bomba, casi consecutivos, mataron a al menos 17 personas e hirieron a 38, según dijeron médicos y policías.

El gobierno ha estado enfrentándose durante meses a militantes del EI que controlan la mayoría de los barrios en los suburbios de Ramadi y que suelen atacar a las fuerzas de seguridad en distritos más céntricos.

Cuentas de redes sociales afines con el EI dijeron que un belga, un sirio y un militante del Cáucaso estaban entre los atacantes suicidas.

Algunos oficiales sugirieron que el número de coches bomba podría haber sido incluso mayor pero añadieron que el EI no había podido ganar terreno.

En tanto en Bagdad, varios atentados dejaron al menos 17 muertos, incluyendo un ataque con un coche bomba que dejó nueve muertos y 30 heridos en el barrio de Hurriya.

Ataques del EI en Siria

Al otro lado de la frontera, en Siria, el EI lanzó una ofensiva el miércoles para intentar conquistar la ciudad kurda de Ras al Ain (norte), fronteriza con Turquía, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Ras al Ain, situada en la provincia de Hassak y que tenía alrededor de 50.000 habitantes antes de la guerra, está controlada por la principal milicia kurda de Siria, las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG).

Los combates dejaron decenas de muertos en los dos bandos, según el OSDH, que se apoya en una extensa red de fuentes en Siria.

La ciudad está situada a unos 30 kilómetros de Tal Tamer, que los yihadistas quieren tomar para abrir un corredor entre la provincia de Alepo (norte) y la frontera iraquí y Mosul.

El noreste de Siria es estratégico para los yihadistas, pues ofrece un pasaje hacia Turquía pero sobre todo hacia Irak.

La coalición internacional se felicitó el martes por haber cortado las rutas que utilizaba el EI entre ambos países, principalmente las vías de comunicación utilizadas por el EI para enviar hombres y material a Irak, a Tal Afar y Mosul, segunda ciudad de Irak, tomada el 10 de junio por los yihadistas.