La embajadora estadounidense ante Naciones Unidas inicia este domingo un viaje por los países africanos más afectados por la epidemia de ébola para mantener el foco en la lucha contra la enfermedad.

Samantha Power visitará Guinea, Sierra Leona, Liberia y también Ghana, para demostrar “el apoyo de Estados Unidos a estos países y a sus esfuerzos por combatir la enfermedad, así como para atraer la atención sobre la necesidad de aumentar el apoyo internacional”, explicó la misión estadounidense ante la ONU en un comunicado.

Después, Power viajará a Bruselas para reunirse con responsables europeos y buscar soluciones conjuntas a la lucha contra el virus, en un momento en que se han superado los 10.000 casos diagnosticados y la cifra de muertos se acerca a los 5.000, según la Organización Mundial de la Salud.

La embajadora, que finalizará su viaje el 30 de octubre, se ha pronunciado contra la cuarentena obligatoria decretada por los estados de Nueva York y Nueva Jersey para los viajeros que tuvieron contacto con enfermos de ébola en África.

“No podemos tomar medidas que afecten a nuestra cobertura en la zona afectada por el virus. A su regreso los sanitarios deberían ser acogidos como héroes, no estigmatizados”, aseguró en una entrevista a la NBC.

La decisión, tomada tras el primer caso detectado en Nueva York en un médico de vuelta de Guinea, tampoco ha gustado a quienes deben someterse a la cuarentena.

“No le deseo esto a nadie y temo por las personas que se encontrarán en mi situación en el futuro”, declaró el sábado la enfermera Kaci Hickox, a su regreso de Sierra Leona, ante la obligatoriedad del aislamiento cuando, como en su caso, no se presenta ningún síntoma.

La detección temprana de los nuevos casos podría avanzar gracias a un test de diagnóstico rápido desarrollado por el grupo farmacéutico suizo Roche. Su director general anunció este domingo al diario SonntagsZeitung que el grupo, que ya lo ha registrado en Europa, pretende obtener un proceso de autorización acelerada en Estados Unidos para su utilización clínica.

Controles reforzados en Mali

En Mali, donde la primera contagiada -a su regreso de Guinea- murió el viernes, más de 50 personas han sido igualmente aisladas y se han puesto en marcha “controles térmicos” en los aeropuertos.

Las autoridades, no obstante, tratan de mostrarse tranquilizadoras. “El caso fue rápidamente delimitado y esperamos salir indemnes de este asunto”, afirmó en una entrevista el presidente, Ibrahim Boubacar Keita, aclarando que ni ha cerrado ni cerrará la frontera con Guinea.

Mauritania, por el contrario, anunció un refuerzo de los controles fronterizos con Mali tras este primer caso en Kayes, centro neurálgico de los intercambios comerciales entre ambos países, lo que de facto se ha traducido en un cierre de la frontera.

El ministerio de Sanidad maliense desmintió las informaciones de la Organización Mundial de la Salud, según las cuales la niña presentaba síntomas del virus antes de salir de Guinea, motivo por el que habría habido riesgo de contagio a lo largo de todo el viaje de regreso a Mali y en su recorrido por el país.

“Sabemos que cuando la niña durmió en Bamako no era contagiosa. La enfermedad fue declarada cuando ya estaba en Kayes”, declaró a AFP una portavoz del Ministerio.

La OMS anunció el viernes en un informe que consideraba la situación en Mali como estado de emergencia, aunque alababa la rapidez de las autoridades para hacerse con el control del caso.

En Costa de Marfil, limítrofe con dos de los tres países más afectados, Guinea y Sierra Leona, se buscaba activamente a un asistente sanitario guineano sospechoso de haber sido contaminado que habría entrado clandestinamente en el país.

La OMS estudia probar diferentes vacunas contra el ébola a partir de diciembre en los tres países de África occidental más afectados por la epidemia.

Si esta operación tiene éxito, cientos de miles de dosis podrían estar listas durante la primera mitad de 2015, según la organización.